La figura del president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, dio un giro de 180 grados hace ahora casi 4 meses. Mazón es el gran señalado de la tragedia de la DANA, tanto por su desaparición durante las primeras horas de la emergencia la tarde del 29 de octubre como por las diferentes versiones que ha dado para justificar su ausencia en la reunión que el Cecopi había convocado a las 17:00 horas. La agenda de Carlos Mazón antes del fatídico paso de la DANA estaba llena; aparte de los actos institucionales, el president valenciano participaba en infinidad de acontecimientos y fiestas patronales. Tanto es así, que solo dos días antes de la riada, se daba un baño de masas en la media maratón de València. Ahora mismo, el panorama ha cambiado radicalmente para Mazón, ya que realizar actos en el País Valencià es arriesgarse a ser recibido con protestas, insultos y gritos de "asesino" y otros donde le reclaman su dimisión. Con el fin de evitar este escarnio público, este lunes decidió viajar a Madrid para participar en un desayuno informático, donde sí fue recibido con aplausos.

Tensión de los valencianos con Carlos Mazón

Carlos Mazón ha vivido varias situaciones tensas en los actos en los que ha participado en las últimas semanas. El último momento de tensión lo vivió este sábado durante una visita a Oriola, en Alacant, histórico feudo del PP. Mazón había acudido para participar en un acto convocado por el PP en defensa de la Ley de Libertad Educativa y la elección de la lengua base en los centros escolares valencianos, en un encuentro con alcaldes y militantes de la Vega Baixa. Sin embargo, a las puertas del auditorio La Lonja se concentraron decenas de manifestantes con pancartas contra los cambios, y también cargaron contra Mazón con gritos de "Asesino", "Mazón, dimisión" "Sinvergüenza" o "Vuelve a El Ventorro". La tensión aumentó entre los protestantes, y a las puertas de un bar donde Mazón había entrado con otros dirigentes del PP se produjeron golpes y empujones. Finalmente, Mazón tuvo que salir escoltado por la policía.

Al día siguiente, el domingo, se celebró en València la Crida, acto que da el pistoletazo de salida a las Fallas, y Mazón decidió no asistir, una ausencia casi inédita en un president de la Generalitat. Aunque Mazón no estaba presente, los valencianos tuvieron unas palabras hacia él. Durante el acto, buena parte del público empezó a gritar "Mazón, dimisión". Los acontecimientos multitudinarios aterrorizan a Mazón, que últimamente convoca a los medios de comunicación en caminos agrícolas o puentes en medio de la nada, para evitar el escrache público.

Además, el president valenciano tuvo dos oportunidades para asistir a uno de los conciertos solidarios de la Orquestra de València y la Orquestra de la Comunitat Valenciana, según señala El País. Ambas actuaciones fueron organizadas por el Ayuntamiento de València y la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, en lo que podría ser un ambiente más afable por Mazón, pero evitó arriesgarse a ser recibido con una nueva bronca. 

Mazón, abandonado por el PP en Madrid

Ante la tensión que reina en las calles del País Valencià contra Carlos Mazón, este decidió asistir a un acto en el Hotel Ritz de Madrid. Sin embargo, el presidente popular no recibió el calor que esperaba. Las ausencias más destacadas fueron las del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ambos alegaron problemas de agenda para poder acompañar a Mazón. En cambio, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sí estuvo presente. El president valenciano aprovechó su intervención para insistir en su versión de los hechos el día de la DANA, y cargar la responsabilidad de la mala gestión de la tragedia a la Agencia Española de Meteorología (AEMET) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Durante su discurso, hizo referencia a los "desgraciadamente comunes" avisos rojos de la AEMET, y recordó que "en los últimos 10 años ha habido 30".

Mazón relató que durante la tarde del 29 de octubre "nadie estaba prestando atención" a la zona sur de València, que "acabó destruida por una riada absolutamente imprevisible y casi bíblica". “¿Por qué se mandó el mensaje a las 20.11 h cuando Paiporta y Catarroja ya estaban sepultadas bajo la riada, y no se alertó a la población a tiempo para salvar todas esas vidas?”, se preguntó el presidente valenciano. “La explicación, desgraciadamente, es muy sencilla: no sabíamos que el barranco se estaba desbordando porque ni la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ni el Ministerio de Transición Ecológica nos dijeron que el barranco, que debía estar vigilado, se estaba desbordando y causando la destrucción que conocen”, ha contestado él mismo. “¿Cómo se iba a avisar de algo que no se sabía?”, apuntó Mazón, que volvió a reprochar a la CHJ que “no tuviera ni la más mínima idea de lo que estaba ocurriendo”.