Algunos vecinos del Carmel han recibido a Vox con una cacerolada desde la calle y desde los balcones en la acción electoral que el partido ha hecho este lunes en este barrio de Barcelona. "No sé si tendrán vajilla para el domingo, pero sé que no les quedarán fuerzas para seguir picando, porque Vox tendrá una representación extraordinaria", les ha respondido el presidente del partido, Santiago Abascal.
Por su parte, el candidato de Vox a la Generalitat, Ignacio Garriga, en su intervención, ha aprovechado para hacer referencia a un incidente puntual con un herido este domingo por la noche en la parada de metro del Carmel para denunciar y fortalecer su discurso de "falta de seguridad" en Catalunya.
Abascal ha recordado a "aquellos que vociferan y patalean" desde sus ventanas que ya deben tener "un disgusto" porque "miles de barceloneses ya nos dieron su apoyo y cada vez serán más", les ha avisado. Por el contrario, ha agradecido a los ciudadanos que han asistido al acto para darles su apoyo su "valentía" y ha añadido que, mientras los otros partidos hablan "politiqués" utilizando palabras de profesores de universidad, Vox huye de la corrección política y habla claro, como la gente corriente. Los incondicionales le han respondido llamándolo "presidente" y cantando "hay que votar Vox".
Mientras tanto, decenas de vecinos han acompañado los discursos con gritos de "No, no, nazis no" y picando con objetos desde los balcones y desde la calle. Algunos, incluso, han utilizado unas vallas de unas obras para hacer ruido.
Garriga, por su parte, ha insistido con su discurso de falta de seguridad y ha aprovechado un incidente puntual de esta noche de domingo en el metro del Carmel, en el que durante una discusión un hombre acabó herido, para generalizar la inseguridad que se vive en la mayoría de barrios de Catalunya. "El 14-F empezaremos a escribir otra historia", ha concluido.
Contra el tercer grado
Ayer, Vox presentó un escrito a la Fiscalía General del Estado en el que la instaba a recurrir el tercer grado de los presos políticos, aprobado por las Juntas de Tratamiento de las prisiones y ratificado por el Departament de Justícia. El partido de extrema derecha españolista consideró que la decisión podría ser "arbitraria" al entender que "desafía gravemente" la resolución del Tribunal Supremo del 4 de diciembre en la que lo consideraba "prematuro".