Más de 800 kilómetros separan el Parlament de Catalunya de las prisiones madrileñas de Soto del Real, Estremera y Alcalá-Meco, donde se encuentran los presos políticos. Esta distancia es la que recorren desde el viernes por la mañana decenas de corredores, bajo el seguimiento de la iniciativa Quilèmetres per la Llibertat. Por grupos, los participantes recorren tramos de entre 10 y 13 kilómetros, en un intento de reivindicar la liberación de los políticos independentistas encarcelados. El sábado cubrieron el tramo entre Lleida y Romanos, en Zaragoza, y este domingo han entrado en Castilla, con parada para desayunar en Maranchón (Guadalajara).
En la madrugada del sábado se habían superado cuatro sectores hasta llegar a Lleida y por la noche llegaron a Romanos, en Zaragoza, cruzando los Monegros. No será hasta el lunes cuando la iniciativa llegue a las prisiones madrileñas.
Detrás de la iniciativa se encuentra Correms per la Democràcia, colectivo que también ha recibido el apoyo de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes y la ANC.
¿Cómo se corren más de 800 kilómetros?
Un grupo de cuatro corredores, vestidos con una camiseta amarilla, cubren la distancia de un tramo de entre diez y trece kilómetros a una velocidad media de 10 kilómetros por hora. Al final del tramo, son relevados por otros cuatro participantes.
La organización ha formado dieciséis sectores, que cada uno de ellos consta de varios tramos a realizar por los corredores. Se prevé, eso sí, que los últimos kilómetros se hagan de forma conjunta para poder llegar a las prisiones cerrando filas. Allí, según ha explicado Quilòmetres per la Democràcia, la iniciativa se reunirá con los abogados de los presos.