Nueva polémica encendida por la Casa Real con motivo de la visita del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, al haber cerrado la venta de cinco corbetas Avante 2200 por más de 2.000 millones de euros y, por lo tanto, de material de guerra. Salman ha llegado al palacio de la Zarzuela media hora más tarde de lo que estaba previsto, donde, con el rey Felipe VI, se han hecho fotos con expresiones de visible felicidad.
España, sin embargo, podría acabar convirtiéndose con esta venta en cómplice de los crímenes en el Yemen porque estas corbetas podrían utilizarse para perpetrar "ataques militares directos contra la población civil, ataques indiscriminados o para mantener el bloqueo aéreo y naval", ataques que dificultarían, todavía más, el flujo de alimentos, combustible y medicamentos.
De hecho, según establece el artículo 6 del Tratado de Comercio de Armas, "un Estado no autorizará ninguna transferencia de armas convencionales [...] si en el momento de la autorización tiene conocimiento que las armas o los elementos podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949, ataques dirigidos contra bienes de carácter civil o personas civiles protegidas como tales, u otros crímenes de guerra tipificados en los acuerdos internacionales en los cuales sea parte".
Después de que la Guardia Civil detuviera y llevara a los calabozos de la Audiencia Nacional martes una miembro de los Comités de Defensa de la República (CDR) acusada de un delito de rebelión y terrorismo, la red no se ha podido privar de cargar contra estas acutacions y muchos los han reprochado que los da "vergüenza" ser español porque, apuntan, es un "estado que financia el terrorismo (el de verdad, lo que mata, no el de los CDR)".
El exdiputado de la CUP Julià de Jòdar ha criticado el encuentro y ha recordado que Felipe VI "no recibe al presidente del Parlamento", pero sí que "se junta con una monarquía terrorista".
Otros han apuntado que es precisamente por eso que "se reclama una República" y, con ironía, desean que el Rey "pueda dormir sabiendo que será responsable indirecto de los inocentes que mueran en el Yemen".
Mientras tanto, algunos se han preguntado cuántas personas morirán con las armas que venderán.
Incluso, una cuenta falsa de la Casa Real ha soltado que ya se había cerrado la compra de "material de paz".
Pero, también, ha habido quien ha aplaudido el encuentro y el cierre de la venta de barcos militares.
Sea como sea, el conflicto entre la Arabia y el Yemen ya se saldado con la muerte de casi 6.000 civiles, más de 50.000 heridos y tres millones de personas desplazadas internas". Y no sólo eso. Más de 22 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas, en una guerra abierta por la Arabia Saudí contra el Yemen que ya hace unos tres años que dura y que ha provocado terribles consecuencias para su población civil.
De hecho, un tercio de los más de 15.000 bombardeos de la coalición saudí han atacado escuelas, mercados, hospitales o viviendas, tal como recuerda al director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, que, además, ya ha documentado 36 ataques aéreos que "aparentemente violaron el derecho internacional humanitario y podrían constituir crímenes de guerra", mientras que Human Rights Watch ha documentado "85 bombardeos aparentemente ilegítimos de la coalición saudí, que han causado la muerte de cerca de 1.000 civiles".
Y lo peor, sólo desde 2015 y hasta junio de 2017, España ha exportado armas en la Arabia Saudí por un valor de 728,5 millones de euros, cosa que estaría fuera de la legalidad porque, según el artículo 6 del Tratado de Comercio de Armas, "un Estado no autorizará ninguna transferencia de armas convencionales [...] si en el momento de la autorización tiene conocimiento que las armas o los elementos podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949, ataques dirigidos contra bienes de carácter civil o personas civiles protegidas como tales, u otros crímenes de guerra tipificados en los acuerdos internacionales en los cuales esté parto".
Así pues, con la firma de la venta de armas en el país saudí, podría acabar siendo cómplice de esta agresión contra los derechos humanos.