Pablo Casado se aferra a su cargo a pesar de las peticiones de dimisión que llegaban incluso de sus barones. La decisión ha sido otra: el comité de dirección del PP ha acordado este lunes convocar a la junta directiva nacional, máximo órgano entre congresos, formado por unas 550 personas. Este órgano se reunirá el próximo lunes, 28 de febrero, y es el que tiene la potestad para convocar un eventual congreso extraordinario que escoja un nuevo presidente del partido. Allí Casado pondrá a debate el congreso extraordinario y los dos bandos medirán sus fuerzas. Al menos ha logrado una semana de margen.

La reunión del comité de dirección de hoy ha durado unas ocho horas y media, con receso incluido para comer. Se ha saldado a las ocho de la noche con un breve comunicado: "El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, convocará para el próximo lunes a la Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos del partido. Así se ha decidido al Comité de Dirección del Partido Popular por unanimidad". Ninguna comparecencia pública, a pesar de la fuerte expectación mediática.

La junta directiva tiene la potestad para convocar un congreso extraordinario del partido, para escoger un nuevo líder del partido. Hace falta el voto favorable de dos tercios de este órgano, formado por unas 550 personas. Está integrado, entre otros, por la dirección del partido, los líderes y secretarios generales autonómicos, los diputados, los senadores, los eurodiputados, los alcaldes y los presidentes de diputación del PP.

Ha sido un día de vértigo en Génova. Mientras los presidentes Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Alfonso Fernández Mañueco y Juanma Moreno se aliaban para pedir la cabeza de Casado, estaba reunido el comité de dirección. La reunión ha empezado a las once de la mañana y ha acabado casi a las ocho de la noche. Según explica la Cadena SER, el mismo secretario general del PP, Teodoro García Egea, se ha puesto al teléfono para hablar con barones y diputados y sondear los apoyos que tiene Pablo Casado dentro de la junta directiva para evitar un congreso extraordinario. Esta misma tarde han llegado al cuartel general algunos cuadros fieles a la actual dirección, que han sido convocados de forma exprés.

Fuentes presentes en la reunión explican que ha habido disidentes incluso dentro del comité de dirección, que es el núcleo duro de Casado. Según varios medios, algunos miembros, como la diputada valenciana Belén Hoyo, habrían amenazado con dimitir si el presidente del PP no cesaba al secretario general Teodoro García Egea y convocaba un congreso extraordinario para escoger nuevo líder. La mañana ha empezado con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, trasladando su voluntad de dejar el cargo de portavoz estatal del partido para centrarse en su ciudad.

La presión de los barones

Mientras Génova estaba en silencio, los barones sí que hablaban. Lo ha hecho Isabel Díaz Ayuso: "La situación del PP es insostenible". En estos términos se ha pronunciado hoy la presidenta de la Comunidad de Madrid, que no da por cerrada la crisis. En un acto público en Boadilla del Monte, la lideresa ha exigido a Pablo Casado que tome decisiones contundentes después del "ataque político cruel" que ha sufrido durante los últimos días. No se ha pronunciado explícitamente sobre dimisiones o congresos extraordinarios, pero sí que ha allanado el camino: "No puede quedar gratis el perjuicio que se ha causado a la Comunidad de Madrid". Una Ayuso que ha aprovechado para dejar claro que no se moverá de Sol.

También se han pronunciado públicamente el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo o el presidente castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco. El presidente de la Xunta ha asegurado que ante la situación de "colapso" en que se encuentra el PP hay que adoptar decisiones "que no serán fáciles, sino complejas", pero que son "urgentes", porque "el PP es la única alternativa de gobierno a un mal gobierno". En los mismos términos se ha pronunciado Mañueco: "Los votantes y alcaldes del PP de Castilla y León estamos indignados" y por eso "reclamamos una solución rápida, inmediata y eficaz". 

Uno de los más contundentes ha sido el presidente del Partido Popular catalán, Alejandro Fernández, que ha pedido "dar la voz al afiliado ya". Lo ha hecho a través de Twitter: "Esto ya no es un mero conflicto interno de poder, sino un divorcio traumático con el sentir de nuestros afiliados. Ante algo así, no podemos quedarnos tocando la lira observando el incendio. Hay que tomar decisiones drásticas que den la voz al afiliado ya".