El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, han protagonizado este miércoles su primer enfrentamiento a la sesión de control en el Congreso de los Diputados, donde el líder de los populares ha definido la Diada como un "aquelarre independentista" y le ha reprochado las manifestaciones del ministro Borrell a la BBC, donde afirmó que personalmente preferiría a los presos libres y definió a Catalunya como una nación.
Sánchez, en su réplica, ha lamentado que la llegada de un gobierno progresista como el suyo "haya supuesto un trauma para la derecha española" y ha recomendado a Casado que "se acostumbre a los cambios" que impulsará su gobierno. "Se tendrán que acostumbrar a los cambios", ha dicho, "porque hay muchas cosas que recuperar y otros tantas a conseguir", ha sentenciado Sánchez.
Casado ha pedido a Sánchez que "ponga orden" en Catalunya y le ha ofrecido una vez más la mayoría absoluta del PP al Senado para aplicar el 155. Casado ha desplegado los ejes argumentales de su oposición: ha recordado que Sánchez ganó el gobierno "sin ganar las elecciones" con apoyo de los independentistas, una "hipoteca" que lo ha llevado a "acercar presos batasunos y secesionistas por orden de Torra" y ha aumentado los impuestos.
"Ponga orden"
Según Casado, la Diada fue un "aquelarre independentista" en una jornada donde Borrell manifestó que "Catalunya es una nación" y que los presos tienen que salir de la prisión. Por eso le ha pedido que "ponga orden en Catalunya" para "acabar con la legalidad" y las "procesiones tenebrosas de antorchas", y dispone de la mayoría absoluta del PP en el Senado para "aplicar una vez más la Constitución con el artículo 155".
Sánchez –que ha felicitado a Casado por su elección como presidente del PP– ha reprochado a Casado que las diferencias de criterio dentro del mismo PP, empezando por la invitación que la presidenta del Congreso –que después le ha recordado que se tiene que ajustar a responder la temática de la pregunta– realizó a Torra en las Cortes españolas en contra de su propio criterio.
"Siento que la llegada del gobierno progresista de izquierdas haya supuesto un trauma para la derecha española, pero se tendrán que acostumbrar a los cambios de un gobierno que aprobará un proyecto de ley para revertir los recortes a la educación pública, un gobierno feminista; y no se haga oposición a usted mismo, acostúmbrese porque hay muchas cosas que recuperar y muchas otras que conseguir", ha afirmado.