La existencia del territorio británico de Gibraltar, cedido por los españoles a los británicos "para siempre" en el Tratado de Utrecht firmado por el Borbón Felipe V, ha sido siempre una espina clavada en el alma patriótica de los españoles. De este hecho el dictador Francisco Franco hizo uno de los ejes de su política interior y exterior. Con fracasos sonados, tal como se puede apreciar en el hecho de que todavía hoy la bandera británica siga ondeando en el Peñón.
Con todo, la persistencia en reclamar una supuesta devolución del territorio sigue siendo una constante —en contraste con la inhibición absoluta con respecto a la reintegración de Catalunya Nord— en el ideario patriótico español, reavivado ahora con el intento de aprovechar el Brexit para establecer un estatus de cosoberanía que ni Gran Bretaña ni los gibraltareños piden.
Gritar Gibraltar español siempre excita a ciertos colectivos, y por eso quien se apunta ahora es el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, que, después de reescribir el pasado colonial español, este domingo ha aprovechado para reclamar la españolidad de la colonia británica.
En un acto en Algeciras, el líder popular ha defendido la "cosoberanía" y ha lamentado que los trabajadores españoles de Gibraltar no tengan "ni el mismo sueldo ni los mismos derechos ni las mismas pensiones". Por eso ha afirmado que su partido es el único que defiende "un Gibraltar español" y ha acusado a Pedro Sánchez de haber perpetrado "una traición" a España al no haber sido lo bastante firme al reivindicar la doble nacionalidad del Peñón.