Con el PP de nuevo atrapado por la extrema derecha de Vox, esta vez en Castilla y León, Pablo Casado ha iniciado el enésimo giro al centro. Ante el revuelo creado, el dirigente estatal ha querido fijar claramente las líneas rojas en la gobernabilidad: "Tenemos límites para pactar y acordar. Nuestros principios son nuestras condiciones, y no renunciaremos nunca. Quien quiera pactar con nosotros, los tendrá que respetar". Es el mismo posicionamiento expresado por el candidato Alfonso Fernández Mañueco, que quiere intentar gobernar en solitario. En cambio, la madrileña Isabel Díaz Ayuso ha avalado un hipotético pacto entre los populares y la formación de Santiago Abascal.
No ha mencionado directamente Vox, pero el discurso ha resonado como el que pronunció en el debate de la moción de censura de Vox, ahora hace un año y medio. Ante el comité ejecutivo del PP, Pablo Casado ha dado todo su apoyo a Mañueco: "Ha pedido un gobierno fuerte en solitario con pilares firmes y sin espadas de Damocles. Y tiene todo nuestro apoyo para tirarlo adelante con nuestros principios: la igualdad, la integración autonómica y la cohesión territorial". Casado ha reivindicado que el PP es el "centroderecha español" y "la alternativa al populismo y radicalismo de izquierda y derecha".
El líder estatal del PP, como ya hizo en la moción de censura, se ha desmarcado del discurso extremista de Vox: "Nosotros no aceptamos el colectivismo que busca dividir a las personas por el color de su piel, su género, su acento o su orientación sexual. Nosotros no aceptemos el revisionismo constitucional, ya sea en contra de las comunidades autónomas, las diputaciones, la monarquía o la justicia independiente". Y ha enviado un aviso a la formación de Santiago Abascal: "Hay quien está más preocupado por sustituir al PP. Nunca pasará".
La oferta de Sánchez
Alfonso Fernández Mañueco ganó las elecciones de Castilla y León el pasado domingo, pero quedó en manos de la extrema derecha de Vox. Eso ha abierto un fuerte debate en todas partes. El mismo presidenciable del PP ha asegurado hoy que quiere gobernar en solitario y ha avisado de que no habrá "retrocesos". Incluso algunos alcaldes socialistas de esta comunidad, como el de Valladolid, han planteado una abstención para evitar la entrada de los ultras en la Junta. Hoy esta cuestión ha aparecido en la sesión de control en el Senado. Ha sido con un golpe de efecto del presidente Pedro Sánchez: si quieren la abstención, que los populares rompan absolutamente todos los pacto con la formación de Santiago Abascal.
Vox no se mueve
Santiago Abascal ya lo adelantó durante la noche electoral, después de subir de uno a trece procuradores en las Cortes: quieren estar presentes en el nuevo gobierno castellanoleonés. Y no se mueven de estos parámetros. Fuentes de la formación de extrema derecha insisten en que no bajan de sus peticiones, que ellos quieren entrar en el nuevo ejecutivo que se forme. "Llegaremos hasta el final con nuestras reivindicaciones. Si hay que repetir elecciones, que se repitan," aseguran estas mismas fuentes.