El congreso de ERC de este sábado empezó plácidamente el sábado mañana. Oriol Junqueras parecía que había conseguido la paz interna dentro de la formación después de que los críticos retiraran las enmiendas que buscaban limitar su poder y que la ponencia política que tiene que guiar la acción del partido durante los próximos cuatro años (donde se recoge la apuesta para mantener una relación que "combine confrontación y colaboración" con el PSC) con un amplio apoyo, del 90%. Todo parecía una balsa de aceite en Martorell, hasta que al volver de comer, y después de avalar la ponencia estatutaria y ser informados sobre el estado de los cumplimientos de los pactos con los socialistas, los militantes se encontraron con lo que era el plato fuerte de la jornada: la presentación del informe de la comisión de la verdad, elaborado por Joan Tardà.

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Joan Tardà expone los resultados del informe / Foto: ERC

Tardà no subió solo al escenario que había instalado en la nave de Ca n'Oliveras a Martorell, sino que lo hizo acompañado del resto del equipo que conformaba la comisión, oficialmente denominada "sobre las supuestas estructuras paralelas al los órganos del partido": la abogada Marta Boinches, el exconcejal en el Ayuntamiento de Tortosa, Xavier Faura, el exalcalde de Lleida Miquel Pueyo, Carme Bertral y la exalcaldesa de Sant Cugat Mireia Ingla. El encargado de leer el informe, sin embargo, fue Tardà. Hay que recordar que este no se sometió al aval de la militancia, sino que se entregó a la presidenta del congreso nacional, Mar Lleixà una vez terminada la lectura. Se trata de un informe puramente político y que no tiene capacidad de sancionar a nadie, ya que de eso se encargará la comisión de garantías del partido. En julio, una vez se hizo público el escándalo a los medios, el exresponsable de Cumplimiento, cesado por Junqueras cuando va recupera la presidencia, elaboró su propio informe que después fue rechazado por incompleto. En aquel texto, se decía que Junqueras había sido consciente de que los carteles salían de dentro del partido antes de que saliera publicado a la prensa, algo que el presidente de Esquerra siempre ha ahogado.

Un relato muy similar: "No dice prácticamente nada de nuevo"

Lo que explicó Tardà no difiere diferente de todo lo que se ha ido relatando desde principios de julio, cuando salió a la luz que los carteles de los hermanos Maragall, que aparecieron por todo Barcelona vinculante el candidato de Esquerra Republicana a las elecciones municipales del 2023 a la enfermedad de su hermano Pasqual, habían salido de dentro del mismo partido como un ataque de falsa bandera y también que Esquerra tenía una estructura B que se dedicaba a hacer campañas sin el logotipo del partido. En palabras de Oriol Junqueras este lunes, el informe leído por Tardà "no dice prácticamente nada de nuevo" y ha servido para "constatar que aquello publicado estaba bien publicado". ¿Pero qué explicó Tardà en Martorell? No fue él quien salió a relatar a los periodistas que seguían el congreso los resultados del informe, sino el vicesecretario de comunicación del partido, Isaac Albert, que explicó que la comisión de la verdad había constatado que había existido una estructura B dentro del partido, nacida a partir del año 2016 que al principio se dedicaba a hacer simples campañas de contraste, pero que con el tiempo se acabó profesionalizando y que, a partir del 2019, perdió el control de la situación y también la ética. 

Señalados y exculpados

Así, Tardà también señaló a los responsables de esta estructura, no dijo nombres pero sí el cargo: vicesecretario de comunicación y estrategia. Entre el 2019 y el 2023, este lugar lo ocuparon en la cúpula del partido Sergi Sabrià y Marc Colomer, aparte de Oriol Lladó. Los dos primeros ya fueron señalados durante el primer informe. Sabrià dimitió como viceconseller del Govern al principio de julio, cuando ya había anunciado que dejaría la política activa, y lo hizo asegurando que no tenía ninguna responsabilidad en el caso de los carteles, ya que estos habían sido iniciativa de un militante de L'Anoia. También, que cuando supo que los carteles habían surgido de dentro del partido lo trasladó a la dirección, pero no a Junqueras, con quien las relaciones estaban rotas desde las españolas del 2023, cuando ERC perdió a seis diputados en el Congreso. Además, el informe de Tardà exculpaba en Tolo Moya, exdirector de comunicación del partido, a quien se culpabilizó en su momento del asunto de los carteles y fue señalado directamente por Ernest Maragall como responsable. Tardà también pidió disculpas al colectivo Free Junqueras, ya que durante la guerra interna se apuntó que este grupo habían ideado colgar el muñeco del presidente del partido durante la campaña electoral por las elecciones europeas del 2019, en las cuales estaba el cabeza de lista. Según el informe de Tardà, la figura colgada en el puente de Sant Vicenç dels Horts salió de dentro del partido como un ataque de falsa bandera.

Rechazo de los vencidos por Junqueras

La lectura del veredicto final de la comisión de la verdad, que no tiene ninguna capacidad sancionadora, era prácticamente el único punto del orden del día que podía tensar el congreso de los republicanos. Y, efectivamente, así lo hizo. Los rivales de Junqueras, especialmente los afines a Marta Rovira, es decir la candidatura de Nova Esquerra Nacional, siempre manifestaron su rechazo a la creación de una comisión ad hoc por resolver los hechos, pidiendo confiar en los órganos de partido. Para los junqueristes, eso era un intento de proteger Sabrià y Colomer, muy próximos a Marta Rovira y a Pere Aragonès. Pocos minutos después de que se acabara la intervención de Tardà empezaron a salir publicados los primeros mensajes a las redes sociales de militantes, algunos más anónimos que otros, con recorrido dentro del partido, que se quejaban de cómo había ido la exposición. Lo que molestó más a un sector del partido era, en gran parte, el tono que tenía el texto, que han tachado de "inquisitorial" o "vengativo"

Nombres y apellidos

Uno de los otros elementos que generó más discrepancia dentro de las filas republicanas fue el hecho de que Tardà mencionó con nombres y apellidos a las personas que habían asistido o no a la comisión para dar su versión de los hechos. Entre aquellos que no asistieron, está el expresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que al día siguiente decidió no ir a la clausura del congreso para mostrar su rechazo a cómo se habían desarrollado los hechos. También se contó que la exsecretaria general del partido, Marta Rovira, que no pasó por Martorell, había dado las explicaciones por carta. Durante el mes de septiembre y en uno de los puntos más álgidos de la guerra interna, se hizo público un mensaje de la entonces número 2 del partido en qué hacía referencia directamente a la estructura B del partido y también otro donde Rovira pedía arrancar votos de solidaridad a raíz del asunto de los carteles, cuando ella todavía no sabía que habían salido de dentro de su propia formación.

Sans, acusada de mentir

En el informe elaborado por el equipo de Tardà, también se acusa a quie  hoy es el principal cargo institucional que tiene Esquerra, la vicepresidenta del Parlament, a Raquel Sans, de mentir, según explican presentes en el acto a ElNacional.cat, en la rueda de prensa que protagonizó pocas horas después de que se hiciera público el escándalo. Aquel día, Sans, que ya había sido escogida vicepresidenta de la cámara catalana, puso sobre la mesa la versión oficial del partido: el militante que ideó los carteles actuó solo, sin recibir órdenes de la dirección y que el partido se enteró una vez este lo confesó cuándo ya había empezado la investigación judicial a raíz de la denuncia del mismo Ernest Maragall. Sanos, sin embargo, añadió que tanto Marta Rovira como Oriol Junqueras estaban al corriente de los hechos, cosa que contradecía la versión de Junqueras, que en aquel momento ya no era presidente del partido. Sans formaba parte del equipo de Xavier Godàs y si su candidatura hubiera ganado el congreso habría sido vicepresidenta del partido.

Alboroto a la espera de una resolución del conflicto

La candidata de Foc Nou a la presidencia de ERC, Helena Solà, pocos minutos después de que acabara el parlamento de Tardà, hablaba de escarnio a través de las redes, una tesis a la cual se sumaron otros críticos con Junqueras como el exdiputado Isaac Peraire o Marta Vilaret, la negociadora de la amnistía, que han planteado abiertamente llevarlo al canal ético y al comité de garantías, "como mínimo" al tacharlo de un "espectáculo y escarnio lamentable, impreciso, de parte, sesgado, incendiario e irresponsable". Evidentemente, sin embargo, al ser un asunto polarizador, no todo el mundo lo vio con los mismos ojos y los partidarios de Junqueras hablan de un informe que ha permitido aclarar los hechos para salir adelante, alabando la tarea de Tardà al frente de la comisión de la verdad, compartiendo fotos a las redes donde aparecen militantes de pie aplaudiendo el discurso.

Sea como sea, el caso de los carteles todavía no está cerrado porque falta la parte más importante, que la comisión de garantías acabe su propia investigación y que, en este caso, sí que pueda imponer las sanciones que haga falta a los militantes implicados en el caso de los carteles y de la estructura B. Veremos si entonces, este asunto queda enterrado y deja de ser una piedra en el zapato dentro de ERC, o si todavía le queda cuerda y sigue tensando el partido que ha empezado una nueva etapa con Junqueras al frente.