El liderazgo de Yolanda Díaz es ahora mismo tan frágil que este lunes, en los pasillos del Congreso, se produjo un enfrentamiento entre cámaras de televisión y el equipo de la vicepresidenta española para evitar la grabación de una imagen que la hubiera mostrado en situación de debilidad. Habían pasado 100 horas desde el estallido de la "bomba nuclear" —término que utilizan ya abiertamente en Sumar— de Íñigo Errejón. Y el grupo parlamentario celebraba en la cámara baja una reunión para abordar el caso. Después, los distintos diputados que forman parte de este conglomerado de formaciones situadas a la izquierda del PSOE fueron saliendo de la sala donde se celebraba el cónclave. Dentro se quedó Yolanda Díaz, redactando el contenido de la rueda de prensa que ofrecería a continuación. Eso provocó que se quedara sola. Los fotógrafos y las cámaras esperaban fuera y los asesores de la líder de Sumar les presionaron para que se marcharan de allí y no captaran la imagen de ella saliendo sola, no-acompañada por sus compañeros de coalición. "No saldremos hasta que no os marchéis; a nosotros no nos importa llegar a casa de madrugada, ¿y a vosotros?", amenazaba el equipo a los periodistas.
Las cámaras, sin embargo, ya habían captado una imagen devastadora de Díaz: la de ella y su entorno de confianza entrando en el Congreso en forma de procesión, con caras largas y amargas. En sus hombros cargaba un montón de preguntas sin respuesta que periodistas, políticos, tertulianos y ciudadanos se habían hecho en las últimas horas: ¿qué sabía ella del historial de presuntas agresiones sexuales de Errejón? ¿Lo encubrieron? ¿Sabían nada de su adicción en las drogas? Respondió a estas cuestiones en aquella rueda de prensa posterior al encuentro: sí, su equipo le había informado de que una chica denunciaba en Twitter en junio de 2023 haber sufrido tocamientos por parte del portavoz parlamentario de Sumar. Por lo tanto, lo sabía. Pero se desentendió de ello. Se excusó pasando el muerto a Más Madrid y también, en parte, a la víctima: "Lo archivaron y ella borró el tuit".
El caso es que el muerto se lo están pasando los unos a los otros. También en los pasillos de la cámara baja y también esta semana, un asesor de Más Madrid intoxicaba la prensa intentando hacer creer que Íñigo Errejón, de repente, no tenía nada que ver con esta formación. "Ya hacía tiempo que no nos relacionábamos con él; ya no recuerdo la última vez que entramos juntos en el Congreso", señalaba en uno de los habituales corrillos que se forman en esta institución. Incluso explicaba que Errejón había maniobrado para intentar que la líder de Más Madrid, Mónica García, no entrara en el Gobierno (es la actual ministra de Sanidad). Sin embargo, y con poco convencimiento, aseguraba que la relación con Sumar es ahora mismo buena y que la gestión que ha hecho Yolanda Díaz del caso ha sido "elegante".
Sumar, en caída libre
La desafección con Yolanda Díaz dentro de este espacio incrementa poco a poco, sobre todo porque no ha conseguido consolidar a Sumar como una coalición fuerte a la izquierda del PSOE. Ha sufrido porrazos desde su nacimiento. No ha conseguido nunca 'matar' a Podemos, los resultados del 23-J fueron peores de lo que se esperaba, hizo aguas en las elecciones gallegas y vascas, y sufrió un porrazo estrepitoso en los comicios europeos, cosa que llevó a la vicepresidenta segunda a mantenerse en el Gobierno pero dimitir como líder orgánica de Sumar. Además, las encuestas pronostican que, en caso de producirse una repetición electoral ahora mismo, el invento de Yolanda Díaz pasaría a estar en peligro de extinción.
Podemos olfatea sangre y está dispuesto a tumbar los presupuestos españoles y hacer caer el gobierno de Pedro Sánchez si eso le permite ganar la lucha cainita en este espacio político. Y quien también huele sangre es Izquierda Unida, que todavía se mantiene dentro de Sumar pero percibe que su marca ha perdido relevancia en los últimos años. Después de la reunión del lunes, fuentes de IU no escondían nada su descontento con Díaz.
El caso Errejón, además, acelera la guerra intestina en Sumar: queda vacante la plaza de portavoz parlamentario, una importante cuota de poder que todo el mundo desea. Incluso Compromís pide ahora una reorganización "horizontal" del grupo parlamentario. En los últimos días, el máximo líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha pedido reconfigurar con profundidad la coalición y "tomar medidas de cirugía radical de carácter organizativo y político". El diputado Enrique Santiago, por su parte, llegó a expresar que "Sumar le debe al país una reparación ética y política".
Errejón, un golpe moral para la izquierda española
El escándalo de Íñigo Errejón es, además, una golpe moral para la izquierda española alternativa al socialismo, que tiene el feminismo como una de sus principales banderas. El espacio ha visto cómo ha caído uno de sus referentes en la última década. Se trata de alguien que hubiera podido liderar Podemos si hubiera conseguido vencer a Pablo Iglesias en aquel congreso de la formación morada en 2017.
La carrera política de Errejón se inició en 2014. Con Iglesias fundó Podemos, el partido que se autodenominó sucesor del 15-M. Aquel año fue el director de campaña que consiguió introducir la formación morada en el Parlamento Europeo. Y un año más tarde entró en el Congreso de los Diputados. Se convirtió en el portavoz del grupo parlamentario en esta cámara. Pero la relación del 'dúo galáctico' empezó a deteriorarse por diferencias en la estrategia política. Errejón apostaba por una formación con unos planteamientos más light a los de su compañero; una concepción más pactista de la política y de convertir el partido en una muleta del PSOE.
Errejón fracasó en 2017 en el intento de quitarle a Iglesias la secretaría general del partido, y la formación lo castigó cesándolo como portavoz en el Congreso. Fue entonces cuando Errejón se implicó con Manuela Carmena en el proyecto de Más Madrid y Más País. Con esta formación consiguió mantenerse en el Congreso de los Diputados una legislatura más. Y en 2023 Yolanda Díaz apostó por él: formó parte de las listas electorales de Sumar y se convirtió en el portavoz parlamentario de la formación. Lo hizo sabiendo que sobre Errejón pesaba una denuncia en redes sociales por agresión sexual.