El socialista catalán Raül Blanco pasará a ser el nuevo presidente de Renfe, en sustitución de Isaías Táboas, que ha dimitido este lunes. Así lo confirman fuentes del Ministerio de Transportes, que señalan que, de la misma manera, el nuevo secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana será David Lucas, hasta ahora secretario general de Vivienda. Los dos se estrenarán en sus dos nuevos cargos después de que Táboas haya presentado su dimisión ante la ministra Raquel Sánchez y que la exsecretaria Isabel Pardo de Vera haya sido cesada. Estas sustituciones llegan en medio de la crisis de los trenes, después de que los gobiernos de Cantabria y Asturias denunciaran que los trenes proyectados para dar servicio en su territorio no cabían por los túneles del norte del país. Los dos cargos se nombrarán de manera oficial este martes, en el Consejo de Ministros.

El nuevo presidente de Renfe ha tenido una larga trayectoria vinculada al PSC y, actualmente, es miembro de la ejecutiva del partido. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y doctor en Economía por la universidad de Oviedo —donde ha ejercido como profesor—, ha sido director general de Economía y Finanzas del Ayuntamiento de Gijón y consejero del gobierno asturiano. A estas alturas, es el secretario de Industria, Energía y Transición Digital del PSC. Hasta ahora, también, ha sido secretario general de Industria y Pymes del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Raül Blanco sustituye a Isaías Táboas, quien antes de empezar a dirigir la empresa, fue director del gabinete de Industria, Turismo y Comercio, cuando José Montilla era ministro. Cuando el socialista fue president de la Generalitat, Táboas pasó a ser el secretario de la Presidència. Más tarde, en 2010, pasó a ser secretario de Estado de Transportes del Ministerio de Fomento.

Los nuevos nombramientos se han conocido escasas horas más tarde de que la ministra Raquel Sánchez haya fulminado a dos de los máximos responsables de la polémica de los trenes que no cabían en los túneles: cesando la ya exsecretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y anterior presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, y aceptando la dimisión del ya expresidente de Renfe, Isaías Táboas. Estos no son los únicos cargos que han caído después de que los gobiernos de Cantabria y Asturias denunciaran que los trenes proyectados para dar servicio en su territorio no cabían por los túneles del norte del país. La ministra echó al titular de la jefatura de Inspección y Tecnología de vía de Adif, además del gerente de los trenes de Cantabria, perteneciente a Renfe. Los dos, sin embargo, tenían previsto abandonar sus cargos muy pronto.

La polémica estalló a principios de este mes de febrero. El gobierno de Pedro Sánchez reconoció que una treintena de nuevos trenes destinados a la red de Cercanías de Cantabria y Asturias no pasaban por los túneles, porque nadie calculó que eran demasiado grandes. El mismo Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana admitió cuál era el "problema": haber escogido unos trenes demasiado grandes para unos túneles que fueron construidos en el siglo XIX. El Gobierno aseguró que Renfe ya trabajaba con el fabricante de los convoyes para disponer "cuanto antes" de nuevos trenes. Ahora bien, desde el primer momento ya se supo que esta negligencia provocaría un retraso de unos 2 o 3 años. Además, el contrato de los trenes demasiado grandes era de 258 millones de euros, y tenían que renovar la flota en Cantabria y diseñar trenes nuevos en Asturias.

El secretario general de Transportes reconoció que este contrato había tenido "un problema relativo a cómo tenemos que dimensionar estos trenes". En este sentido, explicó que la línea de Feve es "muy especial" y que tiene túneles "más pequeños de lo que es habitual". El problema parte de las medidas publicadas en la declaración sobre la red, que curiosamente no contemplaban estas limitaciones, y cuando se constató el problema y se comprobó que los trenes no cabrían en determinados tramos de la infraestructura, se detuvo todo el proceso de inicio de la fabricación.