Son las siete de la mañana en la estación de Sants de Barcelona y dos buses ya esperan a llenarse para iniciar el camino. Hay que madrugar porque el trayecto es largo: casi 500 kilómetros hasta Pamplona. Allí hay convocada una gran manifestación para pedir justicia para los ocho jóvenes de Altsasu, condenados a un total de 76 años de prisión y 100.000 euros de indemnización por una pelea con dos guardias civiles que estaban fuera de servicio. Pero entre los que viajan a la capital navarra hay la necesidad de subirse a un autocar y pasarse horas en la carretera.
En uno de estos buses ha subido El Nacional, pero no son los únicos que salen de Barcelona. Tampoco de Catalunya, sino que también se han organizado desde Girona, Tarragona, Lleida, Vic, Manresa, Sabadell, Tortosa, Reus, La Seu d'Urgell, Cervera, Granollers...
Viaja todo tipo de gente, de todas las edades. Desde personas mayores hasta jóvenes y adolescentes. Algunos van solos, otros en pareja y también los hay que van en familia. Todos van con un mismo objetivo: hacer oír una voz más contra la represión.
"Vengo a Pamplona para defender nuestros derechos, los chicos que están allí," asegura Mar, de Badalona, que advierte que lo que les ha pasado a los jóvenes de Altsasu le puede pasar a cualquier persona: "A mí, a mi hija, a ti, a cualquiera. Es una injusticia total y tenemos que defender nuestros derechos".
Marc tiene 25 años y vive en Barcelona. También cree que todo el mundo puede estar amenazado: "Por mala suerte, se ha visto que sí. Si cantas, o te expresas, o en este caso tienes una pelea, te puede llevar muchos años de prisión y muchos problemas". Aunque diferencia los casos catalanes y vasco, también defiende que "la lucha del País Vasco y de Catalunya siempre ha afectado en las decisiones jurídicas". Espera que este sábado se haga oír "una voz única".
Irene, de 65 años, considera que es una "auténtica animalada" lo que ha pasado con estos jóvenes. También ve paralelismos con los presos políticos catalanes. Y muestra sus dudas sobre si cambiará algo con el gobierno español de Pedro Sánchez. Le da un cierto margen: "Hemos votado para echar al PP, y ha empezado bien. Pero ya veremos. Que no le pase como Calígula, que empezó muy bien y entonces un día se volvió loco".
Quien no tiene ningún expectativa es Pere, de Barcelona: "Simplemente no creoen él". Lamenta especialmente la situación de las madres y padres de los jóvenes de Altsasu. "No me gusta la impunidad que tiene la Guardia Civil, incluso vestida de paisano. Lo encuentro injusto, como muchas cosas que están pasando".