Las investigaciones de la fiscalía del Tribunal Supremo sobre la fortuna de Juan Carlos I abren todos los diarios, salvo Ara y La Vanguardia, que eligen la polémica sobre la ampliación del aeropuerto del Prat, y El Punt Avui, que insiste en la confusión de los precios de la luz. ABC hace un póster con la supuesta conexión rusa del entorno de Carles Puigdemont revelada por The New York Times, cosa de la que hablaremos en un par de párrafos. El resultado es que los tráficos del rey emérito (la fiscalía sospecha de cuatro delitos: soborno, fraude a Hacienda, blanqueo y tráfico de influencias) han ganado a los del entorno del president exiliado. Sólo ABC y El Mundo destacan este asunto en primera, y Ara y El Periódico lo recogen en un título menor.

Es interesante analizar el reportaje del Times. El mejor diario del mundo tiene un proceso de edición y verificación muy exigente, al que dedica casi tanta gente como reporteros en la calle, en una redacción de casi 1.500 personas. Eso no quiere decir que no se equivoquen o no les metan goles. El año pasado, por ejemplo, el diario admitió que Calliphate, el súper galardonado podcast sobre Estado Islámico de 2018, "se había basado en mala información" y que "se habían cometido errores graves" al no comprobar los relatos del canadiense Abu Huzaifa, presentado como un militante de Daesh que había matado gente en Siria. En realidad se llamaba Shehroze Chaudhry y en 2019 lo detuvieron por haberlo inventado todo. La reportera principal del podcast, veterana especialista en terrorismo islámico, cubre ahora educación. El diario devolvió los premios otorgados al podcast.

12 pasajes oscuros

En el reportaje sobre la conexión rusa de Josep Lluís Alay, director de la oficina de Puigdemont (el diario lo llama "alto consejero", no sea que su cargo parezca poca cosa), sorprende encontrar hasta 12 pasajes oscuros o confusos, cosa grave si consideras que el texto asocia a los líderes independentistas con agentes rusos "relacionados con intentos de golpes de Estado y asesinatos en Europa". Aquí van algunos momentos desconcertantes del reportaje. La traducción al español es horrorosa —típico del Times— pero se dejan los textos tal como los publica el diario.

De entrada, el titular hace entender una cosa que el texto no prueba: que Moscú, a instancias de Alay, destinó espías a promover la agitación independentista en Catalunya vía Tsunami Democràtic. De hecho, el titular oculto de la versión en español para que el buscador Google encuentre y promueva la pieza (lo puedes ver poniendo el cursor sobre la pestaña), que a menudo no es lo mismo que el titular del reportaje, dice: "Colaborador de Puigdemont habría buscado ayuda rusa...". El condicional es muy insólito en este diario a la hora de informar y muestra que no pueden afirmar lo que insinúan.

Las fuentes que menciona el reportaje son casi anónimas: "informes de inteligencia", en concreto "un reporte de inteligencia europeo" de 10 páginas, y "otros documentos confidenciales" que no se identifican mejor. Al no existir ningún servicio de inteligencia "europeo", no cuesta mucho imaginar de qué estado es el servicio de inteligencia que ha facilitado los documentos.

Sospecha sin evidencia

Los detalles sin fuente identificada que menciona el Times coinciden con los que el juez del caso Volhov, Joaquín Aguirre, incluye en su instrucción procedentes de los informes fabricados por de la Guardia Civil que intentan vincular a Puigdemont, Alay y otros en una supuesta conjura de espías rusos. La misma fiscalía ha rechazado la instrucción este jueves, cosa que el reportaje del diario norteamericano dice elípticamente en uno de los tres pasajes que lanzan una insinuación y acto seguido la desmienten. Las investigaciones judiciales, explica el Times, "no han resultado en cargos relacionados cono las reuniones de Moscú". ¿Entonces por el que se insinúan las acusaciones? Respecto a los espías rusos descubiertos en Catalunya por "las autoridades españolas [...] alrededor del momento del referéndum [...] España no ha presentado evidencia de que hayan tenido un papel activo". ¿Si no hay evidencia de que hayan actuado, por qué se relaciona a estos agentes (los de los "intentos de golpes de Estado y asesinatos") con los líderes independentistas?

Para remachar el clavo, dice en otro momento: "No está claro qué tipo de ayuda ha provisto el Kremlin a los separatistas catalanas, ni si ha brindado algún apoyo". Nada está claro ni hay ningún hecho que vincule al gobierno ruso con los independentistas o con los disturbios en Catalunya, pues. No hay noticia, pero se deja ir la sospecha, como cuando se dice "haya sido que Alay lo supiera o no" antes de recordar que Rusia trabaja para desestabilizar a las democracias occidentales. ¿Lo sabía o no lo sabía?

Momento cómico

El momento cómico del reportaje llega cuando explica que Alay "reconoció que se vio con Yevgeny Primakov, nieto de un famoso espía de la KGB". El nieto, ojo. Otro cuando da validez a lo que describe como "rumores" sobre la interferencia rusa en Catalunya en otoño de 2017, en alusión a un reportaje de El País (La Vanguardia también decía algo) y que su autor fue incapaz de probar en un comité del parlamento británico en que un diputado dejó en ridículo. En otro momento dice que el 1-O "contaba con el apoyo de una coalición débil de tres partidos políticos que se disolvió rápidamente debido a los desacuerdos en materia de ideología y estrategia". Nada de la represión policial y judicial, ni de la disolución del Parlament desde el gobierno español, ni del 155. Menos aun que esta "coalición débil" es la misma que gobierna ahora.

Dejémoslo aquí para hacértela corta, aunque todas estas chapuzas del Times, visibles a simple vista y con un poco de memoria, no han impedido que los cuatro diarios mencionados lo lleven en portada, los dos de Madrid salpimentando las imprecisiones del Times con interpretaciones marca de la casa. Mucho ruso y pocas nueces.

LV

EPC

EPA

ARA

EP

EM

ABC

LR