Lo han bautizado como 'Plan de apertura progresiva de actividades'; el Govern se resiste a llamarle desescalada porque "no es un plan para recuperar la normalidad, todavía no". Según ha advertido el vicepresident Pere Aragonès, hasta que no haya vacuna, no se podrá volver a hacer vida normal. El documento final es fruto de una negociación tensa e intensa. Con los sectores implicados, ahogados por el cierre derivado de la pandemia, y en el seno del propio ejecutivo. ERC y JxCat se han peleado una vez más sin saberse esconder, hasta llegar a una tregua forzada por las circunstancias. El anuncio llega a las puertas del fin de semana, a cuatro días de empezar a aplicarse, este lunes. La principal novedad: la restauración podrá abrir hasta las 21.30 de la noche.
La hoja de ruta diseñada prevé 4 etapas que, como mínimo, durarán 15 días cada una. Se podrá avanzar siempre que la RT esté por debajo de 1. Eso quiere decir que como muy pronto se acabaría la cuarta fase ya el año que viene, en torno al 18 de enero. Lo han presentado Pere Aragonès y Meritxell Budó. Y los dos han querido poner altas dosis de prudencia, dejando claro que de ninguna manera dentro de dos meses se habrá vuelto a la normalidad, sino que va para largo.
El objetivo último, con el cual se dará por superada la segunda ola, se basa en tres números: la RT, el número de contagiados al día y la ocupación de las camas de UCI. La situación óptima es que la RT esté por debajo de 1, cosa que ahora mismo se cumple; que el número de contagios sea como mucho de 1.000 al día, ahora hay unos 2.000; y que haya un máximo de 300 pacientes Covid en la UCI, actualmente son más de 500.
Más oxígeno a la hostelería
Si la idea inicial, recogida en el polémico borrador que se filtró el lunes, planteaba que la restauración pudiera abrir sólo hasta las cinco de la tarde a partir del lunes 23 de noviembre, después de una agitada discusión se ha acordado darles una pizca más de aire: bares, restaurantes y hoteles podrán alcanzar unas horas más y bajar la persiana cuando ya sea oscuro, sobre las nueve y media, siempre teniendo que cumplir con el toque de queda que se mantiene a las diez de la noche hasta el año que viene, hasta que se complete el último tramo.
Con el horario, se amplía también el margen previsto con respecto al aforo. En vez de dejarles ocupar sólo un tercio del aforo, como indicaba el borrador filtrado, el documento definitivo recoge que las terrazas podrán llenarse sin límite de aforo. Eso sí, manteniendo en todo momento la distancia de dos metros entre mesas y con un máximo de cuatro comensales si no son un grupo burbuja.
Las salas de conciertos podrán abrir al 50% de su capacidad y se ampliará el aforo al 70% partir de la segunda semana de diciembre.
Encerrados en el municipio los fines de semana hasta la Purísima
La primera fase de reapertura que empieza el lunes tiene una duración prevista de como mínimo 15 días, es decir, hasta el 7 de diciembre. Durante este periodo, todavía no se podrá salir del municipio los fines de semana.
Será a partir de la segunda etapa, que si la RT se mantiene por debajo de 1 empezaría después del puente de la Purísima, que los ciudadanos podrán moverse más allá del perímetro municipal. La nueva frontera será la comarca. La barrera comarcal se levantará al inicio del tercer tramo de desescalada, justo a las puertas de Navidad.
Navidad y fin de año con toque de queda
Cuando el 30 de octubre el Govern anunció las restricciones que actualmente vive Catalunya, pronosticaba —siempre de puertas adentro— poder relajar el confinamiento de cara a las fiestas de Navidad. No sólo por una cuestión psicológica, sino también para tratar de resucitar la actividad económica y animar al consumo de proximidad durante la campaña navideña, que muchos comercios esperan como agua de mayo.
Según el cronograma aprobado por el Procicat hoy, la previsión es que las comidas navideñas sean como máximo de 10 personas. No se podrá ni entrar ni salir de Catalunya, pero sí desplazarse por todo el territorio catalán. Eso sí, el ejecutivo se ha comprometido a estudiar si en días señalados se pueden flexibilizar algunas medidas, a pesar de que advierte que habrá que "hacer sacrificios".
En cualquier caso, el Govern es consciente de que no puede "poner un policía en cada casa". En estos términos se ha expresado Aragonès, que ha hecho un llamamiento a la "responsabilidad individual" de los ciudadanos.