En la caverna mediática no se le han puesto nada bien las palabras del presidente de la Generalitat, Quim Torra en el homenaje al conseller Quim Forn ante la prisión de Lledoners. El discurso del presidente, haciendo un llamamiento a "atacar este Estado injusto", ha sido la chispa que les faltaba para incendiarse del todo. Unas palabras, las del Torra, que se pronunciaron el viernes por la tarde y que no han tenido repercusión hasta que Xavier García Albiol se ha hecho eco en un acto, tan poco apropiado, como el homenaje de las víctimas del 17-A, a Cambrils.
La prensa española acusa a Torra de haber roto una tregua política "que no ha durado ni 24 horas" y responsabiliza al gobierno de Pedro Sánchez de pasar por alto las amenazas del presidente de la Generalitat.
El Mundo obra la edición de este domingo con el titular "PP y Cs exigen en Sánchez que no ignore el 'ultraje' de Torra al rey" y desde su editorial pide al gobierno socialista que no haga orejas sordas a unas amenazas que, según el diario, son "un episodio más del acoso al estado de derecho que los independentistas no cesan ni para rendir homenaje a los asesinatos y heridos". Para El Mundo, el silencio de Sánchez sólo se explica por|para "la hipoteca" que adquirió con los independentistas para poder llegar a la Moncloa y le pide que "rectifique la política de cesiones al independentismo".
En una línea similar se pronuncia l'ABC que titula uno contundente: "El gobierno español calla de nuevo ante las amenazas de Torra". Explica que la Moncloa optó para no caer en la provocación de Torra y no manchar el acto de homenaje a las víctimas, ni tan solo dice, para "replicar la última bravuconada" del presidente catalán.
Desde La Razón se alerta de que Torra "redobla su amenaza en el estado" y se pide a Pedro Sánchez que no mire hacia otro lado. El diario dice que los socialistas tienen "las manos atadas" por la deuda al Congreso con ERC y PDeCAT y recomienda a Sánchez que "reconduzca su diálogo con la Generalitat, se rodee de las fuerzas a constitucionalistas y acabe con los desafíos sobiranites". La editorial acaba afirmando que no es de recibo que si Catalunya no tiene rey, se mantenga la Comisión Bilateral Estat-Generalitat.