Dos interceptores rusos SU-27 han obligado a un F-18 español a alejarse del avión en el que viajaba el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu, que se dirigía a Moscú desde Kaliningrado a través del espacio aéreo neutral del mar Báltico, según ha informado el gobierno ruso en un vídeo.
El incidente, según el gobierno ruso, ocurrió al acercarse el caza español (como el de la foto) hasta el avión de transporte ruso en el que viajaba Shoigu. En el vídeo se ve a los cazas rusos “empujar” al F-18 español para alejarlo del avión del ministro, que volaba del enclave de Kaliningrado a Moscú. Ante la presencia de los aviones rusos, el caza español maniobra y huye.
El Ministerio de Defensa español se ha lavado las manos sobre el caso. “Tenemos todos los datos [sobre el incidente], pero al ser una maniobra de OTAN es ella quien debe informar”, explicó una portavoz.
El caza español, del Ala 12, forma parte del contingente que desempeña misiones de policía aérea para la OTAN en Estonia, Letonia y Lituania. Se trata de cinco aviones como el citado y 140 militares del Ejército del Aire. El grupo español tiene su base en Siauliai (Lituania), junto a otros cinco cazas JAS-39 Gripen de la fuerza aérea de Hungría.
Segundo incidente
Es el segundo incidente conocido que protagonizan aviones militares españoles en la zona. En agosto de 2017, dos F-18 españoles entraron “accidentalmente” en el espacio aéreo de Finlandia al tratar de interceptar a dos aviones de combate rusos cerca del espacio aéreo de Estonia. En aquella ocasión, la OTAN tuvo que explicarse ante el gobierno finés.
En junio de 2017 otro caza de la Alianza Atlántica ya intentó acercarse peligrosamente al avión del ministro Shoigú sobre las aguas del Báltico. En aquella ocasión era un F-16 de las fuerzas aéreas polacas, informa la agencia Interfax.
Shoigú ha advertido en el pasado sobre los “riesgos” del aumento de los vuelos de los aviones de guerra aliados cerca de las fronteras rusas y del peligro de “provocaciones e incidentes militares”.
La misión de policía aérea de la OTAN en el Báltico comenzó en 2004 tras el ingreso en la organización de Estonia, Letonia y Lituania. Desde entonces, aviones de combate de un país aliado permanecen desplegados en la región por periodos de cuatro meses. Tras la crisis de Ucrania a principios de 2014 y el aumento de las incursiones de aviones rusos en el espacio aéreo báltico, la misión se reforzó con 12 cazas más de tres países y otras dos bases de despliegue en Estonia y Polonia.