Tener grupo parlamentario propio en el Senado supone contar con grandes ventajas políticas y económicas que, en el caso de Convergència, podrían plasmarse en la pérdida de una subvención general de más de 260.000 euros al año y la falta de visibilidad en los debates y comisiones parlamentarias.
Una vez constituidos los grupos, la Mesa de la Cámara Alta decidirá este martes las condiciones concretas con las que contarán durante la legislatura y el dinero que tendrán asignado.
En cualquier caso, todos ellos tienen una subvención general de funcionamiento que, en el caso de CDC, le supuso en la pasada legislatura unos ingresos mensuales de 22.424,27 euros (268.000 euros anuales).
A esta subvención hay que sumarle una ayuda para transporte que va desde los 3.419,87 euros a 6.839,74 al mes según el tamaño del grupo, y además, una subvención finalista para pagar asesores.
Asimismo, quien constituye grupo propio tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces. También tiene la capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.
Si finalmente la Mesa de la Cámara ratifica su decisión de no permitir a Convèrgencia constituir grupo propio, sus cuatro senadores pasarán a formar parte del Grupo Mixto junto a tres miembros de Ciudadanos, dos de Coalición Canaria, dos de Compromis, una de la Agrupación Socialista Gomera, uno de Bildu, una de Nueva Canarias, uno de UPN y una última de Foro Asturias, quedando un grupo final de 16 miembros de nueve partidos diferentes.