Un año después de la sentencia contra los líderes del 1-O, los CDR han vuelto a la plaza Urquinaona de Barcelona, donde se produjeron los enfrentamientos más violentos con los Mossos d'Esquadra. Bajo el lema 'La independencia se gana en la calle', los manifestantes han llamado consignas como 'Urquinaona, lo volveremos a hacer' y '1-O, ni olvido ni perdón'. Poco después de las 20h, han ocupado la plaza cortando el tráfico de las calles que confluyen.
A continuación, han empezado a bajar la Via Laietana con gritos de 'fuera la bandera española' y 'Puta España' mientras algunos manifestantes subían a las farolas retirando las banderas españolas dejadas el pasado 12-O, y han quemado algunas.
A pesar de detenerse un breve rato ante la Jefatura de la policía española, fuertemente blindada por los Mossos, los manifestantes han seguido calle abajo sin que se produjera ningún incidente.
Contenedores y botellas de vidrio para impedir el paso
Poco antes de llegar al monumento a Colón, algunos manifestantes han lanzado a tierra contenedores y han roto botellas de vidrio para dificultar el paso en los Mossos. La policía catalana ha reaccionado rápidamente y ha hecho pequeños carruseles para dispersar la protesta.
Una vez dispersos, Mossos y manifestantes han protagonizado una serie de carreras por los callejones del distrito de Ciutat Vella. Poco a poco, los agentes antidisturbios han ido ganando calles mientras los activistas intentaban dirigirse a Urquinaona. Finalmente, un amplio dispositivo de los Mossos ha registrado un grupo de manifestantes en un callejón cerca de la calle Pelai. Sin embargo, los han soltado y no se ha producido ninguna detención.