La primera jornada de la campaña electoral para el 14 de febrero se ha calentado ya de buena mañana con la publicación de la encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat. Esquerra Republicana conserva el título de favorita, pero por la mínima. Junts per Catalunya le pisa los talones. El PSC sigue subiendo, pero todavía a distancia. Según el sondeo, el independentismo cumple el ansiado objetivo de superar el 50% de los votos, la abstención rozaría el 40% y un tercio del electorado no sabe qué votar.

ERC obtiene 34-35 escaños, entre dos y tres más que ahora, y pugna por la victoria con JxCat, que como máximo pierde dos diputados y se queda prácticamente con la misma representación, 32-34. Quien sigue al alza son los socialistas. El efecto Illa se traduce en 10 escaños más, 26-29, muy lejos todavía de disputar el triunfo al independentismo. En la línea de las últimas encuestas, la formación más castigada es Cs, que se queda con una tercera parte de los diputados y pasa de 36 a 12-13. Los comunes continúan estancados con 6-8 representantes y se ven superados como quinta fuerza por el PP, que dobla resultados con 9, como la CUP que, en su caso saca 8. Vox entra en el Parlament con 5-6 sillas y el PDeCAT se queda fuera.

Si nos fijamos en los posibles pactos postelectorales, por primera vez ERC y Junts podrían no necesitar ningún apoyo extra para investir president (o presidenta). En el mejor de los casos sumarían 69 diputados, uno más que lo que marca la mayoría absoluta en Catalunya. En el peor de los escenarios tendrían 66 y deberían buscar aliados en la CUP o los comunes.

 

Illa no suma para ser investido ni con Vox

La operación para impulsar al hasta hace dos días ministro de Sanidad a la presidencia de la Generalitat no se vería recompensada según el CEO. Sumando a todos los diputados socialistas con los comunes, Cs, PP y Vox no tendrían suficiente. Contando la ultraderecha, les faltarían tres para llegar a la mayoría absoluta necesaria.

El independentismo rompe la barrera

El gran objetivo que, a pesar de la división entre partidos, se han fijado las fuerzas independentistas es superar el 50%. ERC, JxCat, la CUP y el PDeCAT coinciden en que es imprescindible llegar para seguir avanzando, aunque discrepan sobre qué hay que hacer si consiguen sumar la mitad de los votos. Los republicanos consideran que hay que seguir repitiendo el resultado en sucesivas elecciones, sin fijar una cifra exacta. En cambio, los de Puigdemont apuestan por levantar la DUI si el 14 de febrero el independentismo aglutina el 50% de los votos.

Una abstención récord

El miedo al contagio y el agotamiento de buena parte de la ciudadanía con la política auguran una desmovilización importante de cara al 14 de febrero. La proyección del CEO es que la participación puede caer prácticamente 20 puntos. Sólo el 62% del censo iría a votar. En las elecciones del 21 de diciembre de 2017 ocurrió lo contrario. La participación fue récord, rozando el 80%.

En paralelo, la encuesta indica que cada vez son más los electores que dudan. Si en el último barómetro los indecisos sumaban el 22,7%, ahora suben hasta el 33%.