"Nosotros somos independentistas, gente que quiere la justicia social, somos gente ambiciosa, gente que somos conscientes de que el camino todavía será mucho más largo de lo que querríamos, gente que no se rinde, que no se cansa y que cuándo se cansa no lo dice". Este es solo un fragmento del discurso que pronunció Oriol Junqueras el 1 de octubre del 2011 en Girona, el día que fue proclamado presidente de Esquerra Republicana después de la enésima crisis interna de la formación y con solo 10 diputados en el Parlament. En su primer discurso como presidente del partido (entonces era también eurodiputado y alcalde de Sant Vicenç dels Horts) fijó la independencia de Catalunya como objetivo. Desde entonces, Junqueras ha revalidado el título de presidente de Esquerra en hasta cuatro ocasiones, 2015, 2019, 2022 y ahora, a finales del 2024 en la que fue una elección muy convulsa en medio de una guerra interna. En cada uno de estos congresos el partido ha aprobando también su ponencia política, es decir, el documento que recoge hacia dónde tiene que ir Esquerra, con un peso muy importante la ruta hacia la independencia. ¿Cómo ha ido cambiando la propuesta con el paso de los años?

2011: Defensa del derecho a decidir y transición hacia la independencia

Junqueras y Marta Rovira cogieron un partido prácticamente en escombros aquel octubre y con unas elecciones españolas (que ganaría Mariano Rajoy por mayoría absoluta) en el horizonte. Y la ponencia política aprobada en el 2011 está llena de autocrítica: "Esquerra Republicana es un partido debilitado, castigado como marca electoral, con poca credibilidad entre una parte importante de nuestro electorado tradicional, con un porcentaje de fidelidad de voto muy bajo, con una cierta desmotivación de los cuadros territoriales y sectoriales y una notable desconexión respecto de sus bases", se puede leer en aquel texto.

Oriol Junqueras en el Congreso de ERC en el 2011
Oriol Junqueras en el Congreso de ERC en el 2011 / ERC

Partiendo de esta base y del papel residual que los catalanes dieron al partido en las elecciones del 2010, la dirección esboza su plan con una "apuesta inequívoca por el derecho a decidir". "Para nosotros, la independencia política es una finalidad y un medio para alcanzar precisamente el país tal como lo queremos y lo necesitamos. Nuestro proyecto no se acaba con la independencia, pero su consecución es imprescindible para hacer realidad el modelo de sociedad que queremos", reflexionaba el partido a principios de la década pasada, después de la sentencia del Estatuto. Con todo, en aquel documento solo sale una vez la palabra "referéndum", que con los años sería la protagonista de la política catalana.

El partido apuntaba a dos periodos diferentes: el primero, entre finales del 2011 y el 2012, marcado por las elecciones españolas, y el siguiente, a partir del 2013, donde, según sus previsiones podría adquirir vigor una cierta transición hacia la independencia", siempre acondicionada por los resultados de "la etapa anterior". Lo que no sabían, en aquel momento, es que Artur Mas convocaría elecciones anticipadas a finales de septiembre del 2012 y que en noviembre de aquel mismo año, ERC obtendría 21 escaños (uno más de los que tiene ahora), sería segunda fuerza con Junqueras y Rovira de diputados como número 1 y 2 por Barcelona. ERC se marcaba en el 2011, e inconsciente del vuelco que daría la política catalana con la multitudinaria manifestación de la Diada del año siguiente, como objetivos entre el 2013 y en el 2015 "volver a la calle", movilizar la base con "mecanismos imaginativos y creativos para disfrutar de la simpatía del electorado a partir de reivindicaciones hacia el derecho a decidir". También mostraban como prioridad convertir el independentismo en una "herramienta atractiva y útil" para los sectores sociales más golpeados por la crisis económica y abrían la posibilidad de un "escenario de confrontación democrática con el Estado español", poniendo sobre la mesa "la unidad de la acción política de los partidos de obediencia política catalana" en Madrid, en aquellas materias que afecten a la soberanía nacional.

2015: El "procés constituent" 

Con la duda de sí las elecciones del 27 de septiembre del 2015, serían plebiscitarias o no, ERC celebró su 27.º congreso en Barcelona, de donde el tándem formado por Oriol Junqueras y Marta Rovira salió reforzado. Si cuatro años atrás, acabados de llegar a la dirección, se hablaba de la defensa del derecho a decidir y de la transición hacia la independencia, la ponencia de ERC del 2015 tenía un apartado dedicado directamente al "procés constituent". El texto era optimista y la formación republicana hablaba de un "momento histórico" porque "nunca la sociedad catalana se había expresado tan desacomplejadamente soberanista y nunca como hasta ahora el derecho a decidir y a la independencia había alcanzado unas cuotas de apoyo tan elevadas". "Hoy ya podemos decir que somos a la recta final de un procés de independencia que marcará, también, el inicio de un procés  constituent", auguraban en un documento aprobado dos meses antes del 27-S. 

Congrés ERC 2015
Rovira y Junqueras votan en el congreso del 2015 / Foto: ERC

Para ERC, las elecciones del 2015 tenían que dar respuesta sobre si Catalunya se tenía que convertir en un estado independientemente y también salida al referéndum "que han denegado, suspendido, impugnado desde el 2012". Dos meses antes de las elecciones, y casi medio año antes de que en Catalunya se formara nuevo Govern en enero del 2016, ERC expresaba su voluntad de "formar parte del gobierno de concentración" y aportar "sensibilidad social", ya que, aparte de ejercer "la independencia desde el primer día", también consideraban que habría que dar respuesta tanto a las necesidades cotidianas". En el texto, ERC aseguraba ser conscientes de que "ejercer el derecho a decidir dentro del Estado" era una "quimera" y que este solo sería posible en una Catalunya libre "fuera del Estado Español". Con todo, el "procés constituent", al cual hacían referencia hasta 25 veces en la ponencia política, era sumar "a la defensa de la República Catalana" a aquellos ciudadanos, "compatriotas", a favor del derecho a decidir pero sin tener una "clara apuesta por la independencia". Además, añadían, el "procés constituent"  tenía que finalizar, precisamente, con un referéndum por convalidar la Constitución Catalana. Entre las personas que siguieron el congreso del partido el día de Sant Jaume del 2015 en Barcelona había en primera fila quien en aquel momento era presidente de la Associació de Municipis per la Independència y alcalde de Girona, Carles Puigdemont.

2019: Diálogo para resolver el conflicto

El 28 congreso de ERC, celebrado en diciembre del 2019, se produjo con su presidente, Oriol Junqueras recién condenado por parte del Tribunal Supremo, y con su secretaria general, Marta Rovira, en el exilio. También, pero, al final de un año con unos grandes resultados electorales para el partido, que ganó las municipales a Catalunya, también en Barcelona con Ernest Maragall al frente, y las dos generales. En este contexto y cuatro años después de aquella hoja de ruta hacia la independencia antes de las elecciones del 27-S, ERC y Junqueras pusieron por escrito su giro hacia el pragmatismo y la apuesta por la negociación con el Estado para conseguir ya no la independencia, sino un nuevo referéndum de autodeterminación.

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Marta Vilalta, Pere Aragonès y otros cargos de ERC en el congreso del 2019 / Foto: Europa Press

Prácticamente desde un primer momento después del agitadísimo octubre del 2017, ERC fue poniendo en un segundo plano la vía unilateral, apostando por la del diálogo. El texto aprobado en la Conferencia Nacional del 2018, celebrada en l'Hospitalet, ya apuntaba en esta dirección: "Es perfectamente constatable, sin embargo, que el resultado final del Octubre catalán de la celebración del referéndum de éxito político y la declaración política de independencia en el Parlament no se ha traducido en la consolidación material de la República Catalana". En aquel texto, el partido proponía "ampliar la mayoría social", "recuperar las complicidades con aquellos sectores políticos y sociales que, favorables al derecho a decidir" y profundizar en la conexión "con la diversidad", una referencia al objetivo de Junqueras de crecer en el área metropolitana. El texto dejaba claro que para el partido la construcción de la República era un problema de "mayorías" y que, en aquel momento, el independentismo no era suficientement poderoso para convertir Catalunya en un estado independiente.

Y la ponencia política aprobada antes de las fiestas de Navidad del 2019 consolidó este "cambio de rumbo", eso sí, sin renunciar a ninguna vía. En el texto, el partido ponía como objetivo conseguir un nuevo referéndum de independencia. La primera fórmula era la vía "pactada y negociada", un escenario que preveían imposible en aquel momento, pero al cual no querían renunciar. Ante este bloqueo del Gobierno al derecho a la autodeterminación "independientemente del color de su gobierno", proponían "la vía de forzar la convocatoria", que consistía al "combinar nuestra fuerza y acción para conseguir que el Estado español no tenga ninguna otra alternativa que avenirse en pactar una solución democrática basada en la autodeterminación". Para hacerlo, ponían como retos la movilización constante, el fortalecimiento de las instituciones catalanas y el avance reiterado en las urnas. El 2019, sin embargo, fue el pico electoral de ERC, aunque tras las elecciones del 2021 Pere Aragonès consiguió llegar a la presidencia de la Generalitat. La "tercera vía" era volver a hacer un referéndum independientemente de la existencia de un acuerdo con el Estado". Aun así, los republicanos dejaban bien claro que su "prioridad" era la vía acordada. Esta ponencia fue aprobada por una amplia mayoría, el 93% de los apoyos. Tres semanas después de que las bases aprobaran esta hoja de ruta, los 13 diputados de ERC en el Congreso facilitaron la investidura de Pedro Sánchez.

2023: Quebec, Montenegro, Escocia...y Acuerdo de Claridad

Al principio del 2023, ERC aprobó su 29.ª ponencia política en un congreso hecho a Lleida, al cual Junqueras, ya indultado, pudo asistir. Era el primero que el partido celebraba ostentando la presidencia del Govern de la Generalitat desde la República aunque el Ejecutivo de Aragonès había sufrido una importante sacudida con la salida de Junts. Faltaban meses también para que el partido viviera su primera derrota electoral (de cuatro) en las elecciones municipales y el congreso nacional del partido sirvió para sellar el compromiso del partido con la vía del diálogo y también para poner un montón de ejemplos internacionales como camino para llegar a un nuevo referéndum de independencia.

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Junqueras interviene durante el plenario del congreso del 2023, en Lleida / Foto: ERC

Aragonès acababa de plantear su propuesta del acuerdo de claridad y esta quedó recogida en el texto con la voluntad de "empezar a concretar el "cómo" del referéndum, en vez de quedarnos con el terreno abstracto de referéndum sí/referéndum no", alegando que esta consulta tiene un amplio apoyo en Catalunya. ERC planteaba así dotar al país "de una propuesta que aglutine todas las sensibilidades entorno la celebración de un referéndum", inspirándose en el caso del Quebec y Escocia, que "mediante el acuerdo y el pacto político han dado respuesta a la voluntad independentista de su pueblo". El partido, sin embargo, iba más allá y ponía sobre la mesa su propia propuesta, que seguía el ejemplo de otro país: Montenegro. Según planteaban los republicanos en el 2023, al referéndum tenía que poder votar todas las personas que residían legalmente en Catalunya mayores de 16 años (el 1-O el corte era la mayoría de edad) y que se consideraría que la victoria del "sí" sería clara si votara un mínimo del 50% del censo y un mínimo del 55% al sí.

2025: Recuperar la mayoría social, sin fechas y sin ejemplos

Esta ponencia todavía no ha sido aprobada por las bases de ERC, citadas en Martorell el 15 y 16 de marzo, en la segunda parte del congreso. En este caso se votarán tres textos: la ponencia estatutaria, la política (en el ojo del huracán por una puerta entreabierta a aceptar a un consorcio temporal para recaudar los impuestos, ya cerrada por Elisenda Alamany) y la estratégica, donde quedan escritos los planes de la dirección renovada, pero de nuevo encabezada por Oriol Junqueras después de que este ganara en dos rondas las primarias internas. Bajo el nombre de Objectiu 2031 (año de elecciones municipales y cuando el partido cumplirá su centenario) recoge cuál es el camino que tiene que seguir el partido para conseguir la independencia. Y lejos de poner plazos, fechas o ejemplos internacionales, propone recuperar la mayoría social favorable a la independencia para conseguir la República Catalana.

Con unas palabras que recuerdan a las del 2018, ahora el partido plantea en el 2031 como una "oportunidad ineludible para construir las condiciones que nos permitan consolidar una mayoría social y política favorable al proyecto de la República Catalana, como a condición indispensable para poder hacer efectivo el derecho a la autodeterminación". Eso no quiere decir que ERC crea que el país será independiente cuando la formación sople las 100 velas ("ojalá", dicen) pero rechazan poner fechas para no generar expectativas que después generen frustración y más en un momento de debilidad como el que pasa el movimiento, que ha perdido la mayoría en el Parlament. "Trabajaremos por el referéndum inevitable, por unos nuevos 1 y 3 de octubre que nos lleven a la proclamación de la República Catalana, que es nuestro objetivo irrenunciable y para el cual no podemos descartar, antes que nada, ninguna vía democrática", resuelve. Los militantes del partido pueden enmendar esta propuesta y, puede ser, volver a recuperar los ejemplos que han guiado la formación en su objetivo de conseguir la independencia.