C'est fini. "Hemos decidido separarnos de Valls en Barcelona para tener voz propia". Con esta claridad ha comparecido este lunes la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para anunciar el divorcio con Manuel Valls, su hombre en el Ayuntamiento de Barcelona. En ningún momento el partido de Albert Rivera ha avalado la decisión del ex primer ministro francés de investir a Ada Colau, y las discrepancias públicas por la relación con la extrema derecha de Vox han acabado de erosionar la relación. Tendrán grupo propio, con sus tres de seis concejales, en la capital catalana.
Pocas horas después de que la misma Arrimadas asegurara en una entrevista en La Sexta que no se separarían de Valls, la ejecutiva de su partido ha decidido romper con su candidato independiente en el Ayuntamiento de Barcelona. El detonante ha sido los votos favorables de sus tres concejales –los tres de Ciudadanos votaron en blanco– a la investidura de Ada Colau. "La señora Colau ha hecho lo mismo que el señor Maragall, poner un lazo amarillo en el Ayuntamiento. La diferencia es muy poca", ha justificado.
"Las discrepancias importantes nos han llevado a tomar esta decisión", ha justificado Arrimadas en la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva estatal. Ante la decisión de Colau de llevar la cuestión del lazo amarillo a la junta de portavoces, la portavoz de Ciudadanos se ha "reafirmado" en la decisión tomada de votar en blanco en la investidura de Barcelona.
Por otra parte, Arrimadas también ha hecho caso omiso a las voces internas que reclaman una abstención de su formación en la investidura de Pedro Sánchez, así como a las críticas por flirtear con el PP y la extrema derecha de Vox. "Tendríamos un tsunami de críticas si apoyáramos a Sánchez, que está pactando con Bildu", ha argumentado la dirigente del partido unionista. Ha denunciado que "el sanchismo es malo para España", porque "es capaz de negociar con JxCat y pactar con ERC", en referencia a varios acuerdos municipales en Catalunya.