Hasta este momento, si se había visto alguna bandera en los mítines de Miquel Iceta, o bien era la senyera, o bien era la misma bandera del PSC. Este domingo, sin embargo, había dos más encima del escenario del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB): la española y la de la Unión Europea. No era para menos: entre los participantes del acto central de campaña había el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, referente recuperado del unionismo después de su participación en las manifestaciones masivas de Societat Civil Catalana.
Ni la puesta en escena ni el protagonista escogido son casuales. De hecho, Josep Borrell ha contado con una agenda propia durante los últimos cinco días de campaña, centrada en el área metropolitana de Barcelona. Más allá de momentos como el de "desinfectar" los medios de comunicación públicos catalanes, el expresidente del Parlamento Europeo ha tratado de consolidar el auge que las encuestas han pronosticado para los socialistas. Y en el punto de mira está Ciutadans. Es por eso que este domingo Borrell hacía una apelación en el voto útil. Recordaba que "partidos antiindependentistas" hay varios, pero que deben tener también un programa más allá de "nacionalismo o no nacionalismo".
El del voto útil es el mensaje que también ha tratado de explotar el mismo Iceta en la segunda mitad de su campaña. Por una parte, ante los "experimentos" de Ciutadans, ha reivindicado su "experiencia". Por otra parte, ha tratado de presentarse como el candidato que puede generar más consensos (o menos rechazos), en un escenario marcado por los bloques. "Hay dos posibilidades: una mayoría de independentistas o, si no la tienen, la única posibilidad que veo de un pacto de una cierta transversalidad es mi investidura", decía en una entrevista en El Nacional.
En las elecciones del 27-S, Ciutadans le ganó la partida al PSC justamente en el área metropolitana, un territorio históricamente socialista. Mientras Iceta recogió 261.000 votos, Arrimadas obtuvo 354.000. En una decena de municipios, como l'Hospitalet de Llobregat (la segunda ciudad del país), Ciutadans fue la primera fuerza, por delante de Junts pel Sí. Aunque la participación se incrementó en 188.000 votantes, el PSC sólo ganó 4.800 nuevos electores, frente a los 206.000 que subió Cs.
Ahora, sin embargo, las encuestas muestran que Iceta recupera parte del terreno perdido -y podría disputarle la posición dominante-, y que hay centenares de miles de votantes que todavía no han decidido su voto. Desde Ciutadans son muy conscientes de que han perdido parte de la ventaja inicial en los sondeos.
Es por eso que, ya desde apenas empezada la campaña, Ciutadans hizo también una apelación al voto útil. Dirigiéndose a los electores que en anteriores ocasiones han votado al PSC o el PP, Albert Rivera les advertía que, por culpa de una ley electoral que es "una trampa y un desastre", sus votos podían acabar "en la papelera". Este domingo, acompañado de Inés Arrimadas en l'Hospitalet de Llobregat, Rivera pedía "concentrar el voto enCiutadans" al menos esta vez. "Se pueden ganar las elecciones, irá de muy pocos votos, que nadie se quede en casa", instaba.
Incluso el PP, a quien las encuestas dibujan un escenario desolador como última fuerza con representación parlamentaria, ha hecho una apelación al voto útil en el último tramo de su campaña. Lo hizo Mariano Rajoy este domingo en Salou, y lo hizo citando incluso la ley de Hondt, que establece el reparto de escaños. Los votos al PP, defendió, "serán los votos útiles de verdad, los que no fallarán nunca, por la convivencia y la normalidad".
El mismo PP ha editado este lunes un vídeo de campaña que pide el voto útil. "Si estás dudando a quién votar recuerda que no habrá gobierno constitucionalista sin un PP fuerte", arranca el spot. Y sacan la calculadora: "¿Qué prefieres? ¿PP o la CUP? ¿PP o Puigdemont? Según la ley electoral, en Lleida se disputa el último escaño entre el PP y Puigdemont. En Girona se disputa entre el PP y la CUP. En Barcelona nos jugamos escaños con todos los partidos independentistas".
No es casualidad que Mariano Rajoy decidiera empezar su participación en la campaña del 21-D en Lleida, donde cerró una comida con la militancia y donde peligra su escaño. De hecho, el presidente español, que sólo tenía previsto venir tres días durante la campaña, ha ampliado su agenda: volvió este domingo y ya no se marchará hasta el martes, cuando participe del acto de cierre a Barcelona.
Hasta ahora, ha escogido con mucha precisión los lugares que visitaba. El pasado miércoles iba por la mañana al gran feudo del PP en Catalunya, la Badalona de Xavier García Albiol, y por la tarde a las cavas de Freixenet, en Sant Sadurní d'Anoia, acompañado del presidente de la compañía José Luis Bonet, que se ha significado públicamente contra el procés.
La batalla entre los partidos del bloque del 155 se ha ensañado en el tramo final de la campaña electoral. Todos ellos han apelado a un mismo voto: el voto útil para acabar con el procés. Ahora los votantes deben decidir si quieren hacerlo y con quien.