Ciutadans intenta pasar página de una nueva crisis interna. Esta vez, el epicentro del estruendo ha sido Barcelona, donde dos de los tres concejales con que cuenta el grupo han unido fuerzas para tumbar el liderazgo de Luz Guilarte, la líder de los naranjas en el municipio y quien tenía que ser la candidata a las municipales del próximo año. Ahora, sin embargo, no lo será, ya que Guilarte ha dimitido a raíz de la confabulación, y ha dejado el partido más que tocado. A pesar de todo, el líder del partido en Catalunya, Carlos Carrizosa, ha pretendido mostrarse optimista y confiar en que las cosas se arreglarán: "Cs presentaremos una buena candidatura en el 2023", ha asegurado. "Es cuestión de semanas decidir quién será nuestro candidato, y espero que sea una grata sorpresa, alguien que tire de toda la candidatura".
No solo eso, sino que también ha garantizado que Ciutadans no se plantea ninguna coalición por intentar evitar una derrota más que previsible. "Iremos solos con nuestra marca, tenemos nuestro espacio político en Barcelona", ha defendido con optimismo. "Cs continuará dando guerra". En esta misma línea, Carrizosa ha querido reiterar que el partido colea con fuerza todavía en Catalunya, "aunque moleste algunos", y que la tendencia que se observa al resto del Estado no afectará a los naranjas aquí, aunque todas las encuestas señalan lo contrario.
De hecho, una evidencia que ha utilizado el líder liberal para excusar la situación que atraviesa el partido son "las malas artes" del resto de formaciones de la derecha españolista. Sin poner nombres sobre la mesa, ha señalado intentos por "destruir y absorber" Ciutadans. Este ha sido también el motivo que ha situado detrás del motín vivido a Barcelona y orquestado por Paco Sierra. Carrizosa ha empezado a seguir esta línea discursiva apuntando a motivaciones políticas, más allá de las personales. "¿Quién se aprovecha? Se oyen muchas cosas, habla mucha gente...", ha empezado, para acabar con una conclusión contundente: "Ciutadans ha vuelto a ser víctima de una operación para perjudicar nuestras siglas". Carrizosa no ha aclarado nombres ni partidos, pero sí que se han puesto sobre la mesa las influencias del PSC, PP y Valents. "Con quién seguro de que no ha hablado Sierra es con ERC ni con BComú", ha dicho, mencionando también supuestos contactos del todavía concejal naranja con estas formaciones del unionismo.
Sierra, previsiblemente expulsado; Martín se salva
El líder naranja en el Parlament ha reconocido que en casos como este "lo más probable es la expulsión" de Paco Sierra, después de que se autoproclamara presidente del grupo municipal. Ahora bien, no ha querido sentenciarlo de muerte antes de que sea la dirección madrileña quien tome la decisión, como corresponde según el reglamento interno. En cambio, Noemí Martín, quien dio apoyo a la estrategia de Sierra, no seguirá el mismo camino que él por decisión de la dirección del grupo municipal. El partido ha hablado con Martín y ha visto posible "reconducir" sus relaciones, a diferencia de Sierra. Todavía mejor así, porque de marcharse ella también querría decir que los tres concejales que tiene hoy Ciutadans tendrían que renovarse por completo. Y por ahora ya se ha comprobado que algunos de los nombres que están llamados a suplirlos no están dispuestos a dar el paso adelante.