Desobediencia activa. Más de 300 personas se han concentrado este martes por la tarde ante la Jefatura de la policía española de Via Laietana en protesta por la prohibición de la Junta Electoral de Barcelona, ratificada por el Tribunal Superior de Catalunya (TSJC), a esta concentración porque coincide en campaña electoral y podría beneficiar a unos partidos concretos. La Comisión de la Dignidad ha convertido la concentración en un clamor en defensa del derecho de manifestación y ha recordado que la concentración se realiza dos veces al mes desde hace tres años para que la comisaría sea reconvierta en un centro de memoria de las torturas propinadas en aquel edificio durante el franquismo y, también democracia. En el acto, han intervenido diferentes activistas y  representantes de entidades de derechos humanos y se han leído poemas de  Brossa, Martí y Pol y Joana Raspall. La Guardia Urbana y los Mossos han custodiado el acto, sin ningún incidente más que el taco de un españolista. “No callaremos, no nos callarán” y "Viva la tierra, libre", han gritado los concentrados.

La Junta ni el TSJC han tenido en cuenta que la Comisión de la Dignidad nunca ha pedido el voto para ningún partido, sino que reclama que se haga cumplir la ley española de Memoria Democrática, ha insistido el abogado Pep Cruanyes.  En este contexto restrictivo, la Junta Electoral también ha prohibido las concentraciones de Meridiana Resisteix, desde el 1 al 11 de mayo, alegando que son de carácter independentista y que es un acto a favor de determinados partidos.

Campaña internacional

La concentración de Via Laietana no lo lidera ningún partido catalán. Son entidades de derechos humanos y catalanas como la Comisión de la Dignidad, Òmnium Cultural, Irídia y la sectorial de personas represaliadas de la ANC, que pusieron en marcha la campaña: Via Laietana 43. Hacemos Justicia, hacemos memoria. Hace dos años anunciaron que esta campaña se ampliaba a un llamamiento internacional y un total de 176 entidades de una veintena de países se han sumado al reclamo para que el edificio de Via Laietana sea devuelto a las instituciones catalanas y se convierta en un centro de memoria, justicia y no repetición de las torturas y vejaciones a disidentes políticos y sociales.

 

En esta campaña también se incluyen las dos querellas presentadas en los juzgados contra policías torturadores en Via Laietana por parte del sindicalista Carles Vallejo y los hermanos Maribel y Pepus Ferrándiz, al asegurar que lo permite la nueva ley española. Por ahora, sin embargo, los dos magistrados de Barcelona a quienes han tocado las querellas las han archivado porque sostienen que la ley de Amnistía de 1977 no permite investigarlos ni condenarlos. Precisamente, el Tribunal Constitucional (TC) ha cerrado la puerta a las víctimas del franquismo, en una resolución este martes, que deja en papel mojado la nueva ley española de memoria.

Precisamente,  en la concentración Carles Vallejo y el periodista  David Fernández, vocal de Òmnium, han lamentado que este martes el Tribunal Supremo ha anulado el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal responsable de Memoria Democrática, y que el TC no permite investigar los crímenes del franquismo.

A la conclusión, la abogada Pilar Rebaque en lugar de leer los nombres de los torturadores, como cada martes de concentración, ha leído los nombres de los magistrados de la Junta Electoral de Barcelona y del TSJC que han prohibido la manifestación. La respuesta: "Fuera, fuera!" y silbatos de los concentrados.

Carles Vallejo, ante la comisaria de policía de Via Laietana, este martes. / Foto: Eva Parey