La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha decidido blindar la plaza de Sant Jaume el próximo jueves desde las 17 hasta las 23 horas con motivo del pregón de las fiestas de la Mercè. Sólo podrá acceder el público que tenga una reserva previa y el aforo será limitado, una medida que se aplicará en el resto de actos de la Mercè.

En las calles de los alrededores de la plaza, ya hay enganchados carteles que comunican que se cierra el acceso "al público en general" en esta franja horaria. En los últimos pregones que se han hecho en la ciudad, en las fiestas mayores de Gracia y Sants, Colau fue abucheada.

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Imagen: Fotografía de un cartel en el cual se avisa del cierre de la plaza Sant Jaume la tarde del 23 de septiembre. Jordi Palmer.

El 23 de septiembre (18:30h) se dará el pistoletazo oficial de salida a la Mercè 2021 con la lectura del pregón, que este año irá a cargo de Custodia Moreno Rivero (Granada, 1943), líder vecinal y activista que tuvo mucho que ver con la desaparición de los núcleos de chabolas del Carmel y Can Baró. Consejera independiente del Distrito de Horta-Guinardó los años 90 y, posteriormente, comisionada por desarrollo integral de la zona norte del distrito de Horta-Guinardó, hoy está jubilada, pero se mantiene estrictamente fiel al compromiso vecinal, social y político que ha defendido siempre. En el año 2009 le entregaron la Medalla de Honor de la Ciudad, en reconocimiento a sus esfuerzos por hacer de Barcelona una ciudad más justa.

Bronca en las fiestas de Gràcia y Sants

En la Fiesta Mayor de Gràcia, a mediados de agosto, después del pregón del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, la plaza de la Vila pasó de los gritos de independencia a las pitadas y broncas justo en el momento que la alcaldesa, Ada Colau, vecina del distrito, se acercó al micrófono a hablar. Los silbidos fueron tan fuertes que, durante unos minutos, Colau no pudo empezar su intervención.

 

Ante la muestra de rechazo tan evidente, la alcaldesa incluso tuvo que negociar con el público para conseguir el silencio: "No sufráis, que seré breve". En medio de esta situación, y con la alcaldesa visiblemente emocionada, Cuixart volvió a tomar la palabra para recordar que "formamos parte de un mismo pueblo. No nos dejemos dividir".

A pesar de la intervención de Cuixart, que calmó al público lo suficiente para dejarla hablar, Colau volvió a acercarse al micrófono con lágrimas en los ojos. Esta vez, y todavía más incómoda que antes, Colau inició su breve discurso exclamando: "¡Viva la libertad de expresión!". El resto del discurso lo pronunció con voz temblorosa y ojos vidriosos, mientras el público siguió manifestando su rechazo con gritos y pitadas.

Diez días después, en la apertura de la Fiesta Mayor de Sants, Colau volvía a ser recibida a golpe de grito y silbido. La alcaldesa empezó a leer, aunque hacía rato que recibía los mismos silbidos que en Gràcia, que se repetían en Sants. La alcaldesa hacía caso omiso a la bronca y decía: "Aquí no sobra nadie, bienvenidos los silbidos, bienvenidos los aplausos...".

Los gritos no cesaron en ningún momento durante el discurso de Colau. ¡"Fuera, fuera"!, acompañaban de fondo sus palabras todo el rato. Los silbidos incrementaron con mucha fuerza cuando Ada Colau se despidió con un "¡Viva Sants!".

 

Imagen principal: Ada Colau, durante el pregón de la Fiesta Mayor de Gracia. Carlos Baglietto.