La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tendrá que contar a partir de ahora con la participación de las entidades vecinales y comerciales, los grupos políticos y las instituciones académicas y técnicas a la hora de definir el espacio público de la superilla del Eixample, según ha acordado la comisión de Ecología, Urbanismo del Ayuntamiento, a petición de Junts.
El portavoz del grupo, Jordi Martí, que ha defendido la proposición que se ha aprobado por unanimidad esta tarde, ha lamentado la "falta de diálogo" del ejecutivo municipal, y ha exigido que el proyecto garantice el buen funcionamiento de la ciudad, a la vez que alertado de que "la sobrecarga ideológica es incompatible con hacer un buen urbanismo".
La proposición de Junts tenía el siguiente texto: "La comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad insta al gobierno municipal a contar con la participación de las entidades vecinales y comerciales afectadas, los grupos políticos municipales y las entidades e instituciones académicas y técnicas de reconocido prestigio de la ciudad, a la hora de definir la configuración del espacio público de los ejes verdes y las plazas que tienen que configurar la Superilla Barcelona, con el fin de asegurar que son del todo compatibles con el normal funcionamiento de la ciudad y la mixtura de usos que la caracteriza".
Martí ha explicado que desde que el gobierno municipal hizo pública su intención de sacar adelante la Superilla Barcelona, con una primera fase que afecta a 4 calles del Eixample, "se han escuchado muchas voces de alarma, no sobre la idea ni los objetivos que persigue, sino con relación al impacto de las actuaciones urbanísticas en los ámbitos donde se tiene que actuar, también en calles adyacentes del Eixample, y más allá del distrito".
"Desde Junts compartimos la necesidad de impulsar mejoras en la calidad de vida de todos, de mejorar seguridad, aumentar el verde...; pero alertamos de la falta de previsión y la falta de diálogo y consenso del gobierno", ha insistido Martí, que ha destacado también la necesidad de disponer de estudios previos para sacar adelante el proyecto que supone un gasto de 40 millones de euros. "Nos preocupa esta manera de hacer, sin diálogo, con una sobrecarga ideológica", ha expuesto el portavoz del grupo de Junts.
Según Martí, "muchas voces han cuestionado el proyecto de la superilla, o al menos las bases en las que sustenta, y entidades de comercio alertan sobre la repercusión en el tejido comercial". Se ha referido así a la última Audiencia Pública del Eixample, donde hubo intervenciones de vecinos expresando preocupaciones, o voces como la de la anterior concejal Itziar González, "que tildó el proyecto de electoralista", mientras que la arquitecta Benedetta Tagliabue, "cuestionó la manera de hacer las cosas del gobierno, no sólo con la Superilla, sinó también con el urbanismo táctico...".
El concejal de Junts ha hecho especial mención a la denuncia y reclamación que han realizado entidades de personas con discapacidad ante la previsión de recuperar para la Superilla el pavimento central de las calles a base de adoquines rodeados de hierba, "que hacen imposible el tránsito por estas zonas de personas en silla de ruedas". Después de la denuncia, la teniente de alcalde Janet Sanz ha expuesto que en la Superilla "finalmente no habrá adoquines", en lo que parece una rectificación porque el proyecto ganador del concurso llevaba el título de "Caminar desde el centro".
"Pedimos que el gobierno municipal haga los deberes, hable con la gente y elabore estudios y dictámenes sobre el impacto que tendrá el proyecto. Son aspectos que creemos importantes", ha dicho Martí.
"Queremos que se tenga en cuenta la opinión de grupos políticos municipales, e instituciones y entidades académicas y técnicas de reconocido prestigio de la ciudad. No queremos imponer un modelo alternativo. Compartimos las bases, discrepamos de las maneras", ha finalizado Martí, que ha agradecido el apoyo de todos los grupos a la iniciativa.