La difusión de unas imágenes del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dando pasos vacilantes en la cena de líderes a la OTAN generaron una gran polémica sobre el dudoso estado físico del líder europeo. Sin embargo, hoy, la Comisión Europea ha salido en defensa de su presidente y ha cortado todas las especulaciones que apuntaban que podía ir bebido.
Los portavoces han negado que Juncker tuviera un problema con el alcohol y aseguran que se trató de un ataque de ciática con rampas. Además, han añadido que este problema no impide que pueda hacer bien su trabajo.
"El presidente sufrió un ataque de ciática doloroso y con rampas que afectó su capacidad para andar", ha señalado al portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas".