Aunque era muy conocido en el mundo de la farándula para ser hijo de Naty Abascal y hermano del actual Duque de Feria, el nombre de Luis Medina será recordado entre los españoles por el caso de las comisiones de las mascarillas al Ayuntamiento de Madrid. Ahora, el comisionista ha atacado la Fiscalía Anticorrupción, después de que el magistrado Adolfo Carretero, que está al frente del Juzgado de Instrucción 47 de Madrid, lo haya imputado, junto con su socio, Alberto Luceño por estos cobros a la hora de hacer de intermediario en la compra de material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid y el alcalde Almeida. En declaraciones en LOC, sección de noticias del corazón del diario El Mundo, asegurado que está tranquilo a pesar de la declaración ante el juez a finales de abril, ya que está convencido de que no cometió ninguna irregularidad por el millón de euros que ganó. Yendo más allá, señaló directamente a Anticorrupción: "La Fiscalia, ya lo sabes, son todos de izquierdas y actúan en consecuencia. Buscan si mi socio y yo pagamos a algún político para conseguir los contratos. Pero no encontrarán nada de eso".
Medina, que en sus últimas declaraciones recuerda que es una persona que es dedica en el "comercio internacional", ya había sacado pecho de su operación millonaria el jueves, poco después de que estallara el segundo escando por mascarillas a la Comunidad de Madrid, el primero protagonizado por la presidenta Isabel Díaz Ayuso y su hermano que acabó provocando la dimisión de Pablo Casado y Teodoro García Egea. Entonces, el hijo de Naty Abasacal sacaba pecho de la operación: "No he hablado con familiares de Almeida. Cobré un millón de euros, pero no es ilegal". Anticorrupción, sin embargo, no lo veía así, y presentó una querella contra él y su amigo Luceño delante de los juzgados de Madrid, acusándolos de estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental por supuestas irregularidades en la venta en el consistorio de mascarillas, y también guantes y test covid por un importe total de 11,9 millones de dólares durante la primera ola de la pandemia.
Compras de lujo con los beneficios
Desde un primer momento, Medina argumentaba que el millón cobrado está más que justificado, por haber puesto en contacto Luceño con la directora general de Presupuestos y Recursos Humanos del ayuntamiento, Elena Collado. Pero en paralelo, Medina también utilizó su amistad, según la misma Fiscalía, que mantenía con un familiar de Almeida y que él niega rotundamente. Si Medina recibió 1 millón, su amigo empresario ganó 5. El fiscal argumenta que en la compra del material sanitario, que era de una calidad bajísima, los proveedores hincharon exageradamente el precio de los productos, con la intención de cobrar unas comisiones muy elevadas. Al fin y al cabo se producía en uno de los momentos más duros de la covid: el Gobierno había declarado el estado de alarma y el confinamiento total, los hospitales estaban saturados y morían hasta un millar de personas al día por la covid.
Con el dinero que ganó por las comisiones, Luceño, que ya tenía una dudosa reputación antes de este escándalo, pagaron 60.000 euros por una semana en un hotel de lujo en Marbella, tres relojes Rolex, numerosos coches de alta gama: dos Aston Martin, Ferrari, dos Mercedes, un Range Rover, un Lamborghini y un Porsche. Por si fuera poco, también se compró un piso de millón y medio euros en Pozuelo de Alarcón. Por la fiscalía, estas compras son un claro caso de blanqueo de capitales, también la que hizo a Medina, al comprarse un velero con el nombre de Feria, el ducado que pertenecía a su padre y que heredó a su hermano mayor, por 325.515 euros. Mientras tanto, la gran mayoría de los ciudadanos del Estado estaban cerrados en casa, rodeados de incertidumbre por un virus letal y desconocido.