La convocatoria anticipada de las elecciones un 23 de julio presenta un escenario prácticamente inédito: unas elecciones en pleno verano. Después de la sorpresa inicial en saber que justo después de unos comicios venían otros, se presentan muchas incógnitas: ¿Qué pasará con la campaña en pleno verano? ¿Cómo quedarán las vacaciones? ¿Influirá el calor a la participación? Todo rodea la nueva cita electoral de muchas dudas. Hay que esperar un cambio en el concepto de campañas y elecciones que teníamos hasta ahora.
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El calor: un factor determinante
En pleno julio, se tiene que anticipar una campaña y una jornada electoral calurosa. Hay que recordar que el año 2022, el 23 de julio, fue en pleno pico de una de las primeras olas de calor de aquel verano. Concretamente, el año 2022 fue el más cálido y me siento por Catalunya, como mínimo, desde 1950. La temperatura media anual es actualmente 1,8 grados más alta que a mediados del siglo XX. Lo que llevamos de 2023 no apunta en un escenario demasiado diferente. Aunque algunos de los partidos que contribuyen a las elecciones niegan los efectos del cambio climático, el hecho es que se espera un verano extremadamente caluroso que impactará inevitablemente en el proceso electoral.
Desde la hora en que se harán los actos de campaña hasta como serán los colegios electorales, ya que muchos no están adaptados para soportar, depende de qué temperaturas. Tanto grave puede ser la situación en algunos territorios que en Andalucía la ley electoral de 1990 prohíbe celebrar elecciones regionales los meses de julio y agosto.
Las vacaciones y los deberes electorales
Además del calor, hay que tener en cuenta que en julio, muchos ciudadanos están de vacaciones. Eso despierta varias incógnitas que todavía no están resueltas. Lo que si sabemos, es como puedes justificar no estar en una mesa electoral, que pasa si tienes un viaje y te llaman a ser miembro de mesa, cuál es la multa para no presentarse y como es debido solicitar el voto por correo en caso de encontrarse de viaje el día de los comicios.
Si para muchos ciudadanos julio es susceptible de ser sinónimo de periodo vacacional, hay algunos territorios del Estado español donde este riesgo es doble. La cita electoral coincide en Galicia, Castilla y León, el País Vasco y Navarra con el puente de Santiago Apóstol (25 de julio).
Participación, efecto secundario
La suma de calor y periodo vacacional nos arrastra a una posible predicción: una baja participación. Expertos y los sufridos sufren que esta fecha se traduzcan en una caída en picado de la participación electoral. ¿Incluso, se puede preguntar, todo hará que se vote más en los lugares con mejor clima? Es difícil de saber, ya que se trata de una situación excepcional marcada por el calor, las vacaciones y la prisa detrás de unos comicios que nadie esperaba. Partidos, instituciones y ciudadanía tiene que reorganizarse y dejar atrás la típica campaña electoral porque todo apunta que esta no lo será.