ERC celebrará la segunda vuelta de su congreso después de que ninguna de las candidaturas consiguiera superar el 50% de los votos de la militancia en una primera ronda este sábado 30 de noviembre. Oriol Junqueras se quedó muy cerca de conseguirlo, con un 48,3% de los votos, a solo 111 de superar el corte del 50%. Xavier Godàs, de Nova Esquerra Nacional, quedó mucho más lejos, con 2.308 votos (un 35,3%), y será quien se enfrente a Junqueras en esta segunda vuelta para la presidenci. Mientras, Helena Solà, de Foc Nou cae de la carrera aunque su candidatura, que recogió 824 votos, gana protagonismo. Si Godàs quiere superar Junqueras, los necesita todos. Los ojos también están puestos sobre las 244 personas que se abstuvieron, tal como reclamaba el Col·lectiu Primer d'Octubre tras no haber conseguido bastantes avales para presentarse. ¿Pero cómo funciona esta segunda vuelta de la cual saldrá seguro el nuevo presidente de Esquerra?
"En el caso que ninguna de las candidaturas a la Ejecutiva Nacional obtenga más del 50% de los votos válidamente emitidos a favor, se tiene que proceder a la celebración de una nueva jornada electoral en el plazo de 15 días", así se recoge en los estatutos de ERC la celebración de esta segunda vuelta, aunque según el texto se tendría que celebrar el 15 de diciembre y tendrá lugar el 14. También queda escrito en que tienen que participar las dos candidaturas que hayan obtenido más votos, en este caso, la de Junqueras y la de Godàs. "En un plazo máximo de una semana, las candidaturas pueden ser modificadas en un máximo del 50% de las personas componentes de la anterior candidatura", es aquí donde empiezan las negociaciones con Foc Nou, ante la posibilidad de llegar a un pacto para incorporar a miembros de su candidatura con el fin de conseguir los votos de los militantes que les han apoyado hasta ahora.
Godàs ha cerrado la puerta a esta posibilidad, asegurando que sería un "insulto" a los militantes, ya que sería repartirse las sillas, mientras que Junqueras ha asegurado que está "dispuesto" a todo para "reconstruir tantas cosas como hagan falta". Desde Foc Nou han asegurado que hablarán con las dos candidaturas, pero Alfred Bosch, uno de sus impulsores y que ha sido candidato a la secretaría general del parido, ha puesto en duda que Junqueras sea la persona indicada para situarse al frente del partido por su responsabilidad en el caso de los carteles contra los hermanos Maragall: "Las responsabilidades políticas existen. Si tú estabas en el volante, o bien lo sabías y no dices la verdad o bien no te enteraste de estas cosas tan graves", ha planteado. Este es un elemento importante, ya que aunque se puedan modificar el 50% de las candidaturas, el candidato a la presidencia tiene que ser el mismo.
El precedente del 2008: un liderazgo con solo el 37% de los votos
El congreso del 2008, fue el último en que se presentaron más de una candidatura, como este año. También estuvo marcado por la guerra interna, con hasta cuatro opciones, y que acabó provocando escisiones internas. En su momento, se impuso Joan Puigcercós como presidente, pero solo con el 37,22% de los votos, una cifra que no le permitió cerrar la crisis, tal como se demostró en las elecciones del 2010, cuando el partido perdió a la mitad de sus diputados y se quedó con solo diez en el Parlament. Puigcercós acabó dimitiendo como presidente después de estos pésimos resultados, también en las municipales, pero dejó su relevo bien atado en manos de Junqueras. En esta campaña, sin embargo, ha apoyado a la propuesta de Godàs.
Para evitar que se volviera a dar una situación como esta, con un liderazgo que contaba con menos de la mitad del apoyo de la militancia, se decidió reformar los estatutos para prever esta segunda vuelta entre las dos formaciones más votadas. Inicialmente, esta segunda vuelta se tenía que celebrar 21 días después de la primera, pero se decidió avanzarla una semana. Con el liderazgo granítico de Junqueras y Rovira durante 13 años, esta opción no se había tenido que utilizar, ya que en todos los congresos (2015, 2019 y 2022) solo se presentó una única candidatura, la suya. Ahora, después de la rotura de este tándem que ha quedado hecho añicos, la segunda vuelta ya es una realidad y quien mani durante los próximos cuatro años lo tendrá que hacer con el apoyo de al menos la mitad de la militancia. La duda es si eso será suficiente para recoser una formación más que dividida.