En pleno tira y afloja para hacer posible una investidura a distancia del president Carles Puigdemont, exiliado en Berlín, muchos han recordado un importante precedente de una situación parecida en el Parlament de Catalunya: Lluís Companys.
Después del triunfo de las izquierdas en las elecciones generales del 16 de febrero de 1936, un decreto ley de Azaña concedía la amnistía a los procesados por el Sis d'Octubre. Otro decreto ley restablecía el normal funcionamiento del Parlament, que había sido suspendido por la ley del 2 de enero de 1935.
Pocos días después, el presidente de la Cámara, Joan Casanovas, convocó a los diputados para el 29 de febrero en un pleno en que se ratificó la presidencia de Companys sin su presencia. Fue votado por unanimidad como president de la Generalitat, a excepción de la Liga, que se abstuvo.
El president había sido liberado unos días antes de la prisión del Puerto de Santamaría, pero no llegó a Barcelona hasta el día 1 de marzo, ya investido presidente legítimo. Al llegar a la capital catalana, fue recibido y aclamado por 700.000 personas.
Aparte de la investidura a distancia, aquel pleno también contó con votos a través de telegrama de los diputados que tampoco habían podido asistir a la sesión. Concretamente, utilizaron este tipo de voto seis diputados que ratificaron a Companys: Lluhí, Gassol, Comorera, Barrera, Mesires y Tauler.
A continuación, el diario de sesiones que explica cómo se desarrolló la ratificación a distancia de Companys:
La prensa del momento también se hizo eco del hecho: