El día clave para los presupuestos ha llegado y el bloqueo se mantiene. La última oferta del Govern, que incluye una moratoria de los macroproyectos que consumen más de 100 litros por persona mientras haya sequía —aunque en ella no entraría el Hard Rock—, es insuficiente para los comunes. Desde el grupo de Jéssica Albiach consideran que este ofrecimiento no soluciona el principal escollo que impide un acuerdo, que es que se pare el proyecto del centro recreativo en Vila-seca. De esta manera, las cuentas corren el riesgo de caer esta tarde, cuando se producirá la votación de las enmiendas a la totalidad, presentadas por todos los grupos de la oposición —a excepción del PSC—.
Fuentes de los comunes indican que el Govern se mostraba dispuesto a aceptar cambios en la ley de acompañamiento de los presupuestos para revertir los beneficios fiscales al Hard Rock y a poder adherirse a la ley específica que los de Albiach registraron hace una semana con este objetivo. Sin embargo, señalan que el ejecutivo les ha transmitido que el PSC no lo acepta y que, de esta manera, tampoco podrían efectuar esta modificación ante el riesgo de que peligrara la mayoría parlamentaria para mantener la tramitación de los presupuestos.
En un tuit en X, el portavoz de los comunes, David Cid, apuntaba que esta moratoria planteada por el Govern "no es una moratoria" y que "no es nada que incomode al PSC, a la Caixa o a los inversores". "En política, no todo es el relato y la comunicación: son cosas tangibles. Se quiere o no se quiere hacer el Hard Rock, esta es la pregunta", poniendo de relieve el aspecto que obstaculiza el acuerdo con el ejecutivo.
Las tres reuniones que fracasaron
Este nuevo rechazo se produce un día después de que se celebraran hasta tres reuniones para negociar los presupuestos con los comunes. Ninguna de ellas sirvió para que se produjera avance alguno. Las dos primeras las formaron los equipos negociadores habituales de ambas partes, asistiendo por parte de los comunes los diputados Joan Carles Gallego, Susanna Segovia y Enric Bárcena, además del coordinador del grupo parlamentario, Ximo Balaguer. Del Govern estaban Núria Cuenca (secretaria general de Presidència), Josep Maria Aguirre (secretario general de Economia i Hisenda) y Marc Ramentol (director general de Coordinació Interdepartamental). En el segundo encuentro, se añadió David Cid. La tercera, de unos 45 minutos, ya fue entre el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la jefa de filas de los comunes, Jéssica Albiach, en el Palau de la Generalitat.
En un documento entregado a los comunes el martes, el ejecutivo incluía 53 millones de euros para que la Agència d'Habitatge de Catalunya incorpore 550 nuevas viviendas para las mesas de emergencia durante 2024; 8 millones para incrementar en 150 nuevas viviendas el parque público destinado a víctimas de violencia machista o un incremento del 72% de las ayudas al alquiler para jóvenes. La otra medida era una "regulación urgente del alquiler de temporada para evitar el fraude en la aplicación de la limitación de las rentas del alquiler en las zonas tensionadas", creando también un Registro de Grandes Tenedores de Vivienda.
¿Qué consecuencias habrá si los presupuestos decaen?
Cuando quedan escasas horas para la votación de las enmiendas a la totalidad, el Govern cuenta con 66 votos favorables para las cuentas, pero le faltarían dos para llegar a la mayoría absoluta. Así pues, el escenario que cobra más fuerza es que las cuentas decaigan este mediodía o a primera hora de la tarde, en función de las intervenciones que haya a lo largo del pleno, que ha arrancado a las nueve de la mañana. Desde Palau, no se descarta ningún escenario si no consiguen sacar adelante este proyecto, como puede ser que Esquerra Republicana vote en contra de los presupuestos del Estado o incluso un adelanto electoral.