Este sábado expira el plazo que Esquerra Republicana se ha fijado para sellar un acuerdo con Junts per Catalunya para reeditar la coalición de gobierno. Para desbloquear la negociación, el aspirante a la investidura, Pere Aragonès, se desplazará este martes al centro penitenciario de Lledoners para reunirse con el jefe de filas de los junteros, Jordi Sànchez. Según confirman fuentes republicanas, también estará Oriol Junqueras.
La trascendencia de la cita es evidente, aunque el entorno del todavía vicepresidente enmarca la visita en la ronda de contactos con varios actores que se están haciendo desde hace semanas, entre los cuales, del propio Aragonès con Puigdemont. Desde Junts, que ha presionado para que Aragonès se implique directamente en la negociación, mantienen que no se ha alcanzado todavía el punto óptimo de maduración como para poder recoger un acuerdo que no se acabe estropeando antes de tiempo. En cambio, los de Junqueras consideran que no hay argumentos para dilatar más la investidura y que si se está demorando es por excusas partidistas de Junts. ERC todavía no ha concretado qué pasará si llegados al 1 de mayo continúa el bloqueo, pero Aragonès ya ha dado alguna pista, abriendo la puerta a un gobierno en minoría, sin Junts.
Reparto de carteras
En discusión, sobre la mesa del cónclave de Lledoners, estará el diseño de su futuro gobierno que Aragonès tiene en la cabeza, y que supondrá una reestructuración profunda de lo que hay actualmente. La idea no es engordar más de la cuenta al ejecutivo, que ahora mismo cuenta con trece conselleries, sino reformular la distribución para crear tres consellerias nuevas y diluir otras.
El punto de partida, la propuesta de un gobierno totalmente paritario, con los tantos altos cargos mujeres como hombres. Este premisa acabará de determinar qué nombres ocuparán las carteras, que previamente tendrán que repartirse ERC y Junts. Este será uno de los puntos clave de la cita de Lledoners.
Los junteros aspiran a un intercambio de carteras, las que hasta ahora han tenido los republicanos para ellos y viceversa. Aragonès, sin embargo, quiere introducir un elemento de cohesión que pasa por que cada conselleria cuente con algún cargo del otro partido. En cualquier caso, la esencia del nuevo gobierno pasará por que ERC se quede, además de la presidencia, la patata caliente de Interior y probablemente las tres nuevas conselleries de Igualtat i Feminismrs, Acció Climàtica y Universitats y Coneixement, si bien alguna de estas podría acabar en manos de un independiente. Para Junts quedarían departamentos clave como Vicepresidència i Economía —que encabezaría Artadi—, Exteriors o Salut —que sería para el doctor Argimon.
La batalla por los fondos europeos
Uno de los obstáculos será la batalla por la gestión de los fondos europeos. Aragonès aspira a crear un comisionado específico que dependa de presidencia, mientras que Junts ya ha dejado claro que los recursos europeos debe administrarlos el departament de Economia.
La carpeta del reparto de carteras acostumbra a ser el último paso antes de cerrar el acuerdo de gobierno. Esta vez, sin embargo, se ha optado por dejar para el final los aspectos más espinosos y que tienen que ver con la estrategia compartida para llegar a la independencia y la función del Consell per la República.
En la imagen principal, Aragonès y Sànchez conversan. / ACN