La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de prisión al activista independentista Marcel Vivet por lesionar en la muñeca a un antidisturbios de los Mossos d'Esquadra durante su participación en un boicot contra el sindicato policial Jusapol en septiembre de 2018.
Así lo ha anunciado el propio Vivet a través de su personal de Twitter: "Me acaban de condenar a 5 años de prisión por haberme manifestado contra el fascismo y por la independencia de mi país. Nunca me pararán. Nunca bajaré la cabeza frente a la represión", ha escrito.
Junta de Portaveus extraordinària
La diputada de la CUP en el Parlament Dolors Sabater ha pedido convocar una Junta de Portavoces extraordinària después de la sesión de este miércoles para impulsar una declaración de apoyo a Marcel Vivet.
Cuando ha acabado el primer punto del pleno de la tarde, Sabater ha pedido la palabra para pedir la Junta de Portavoces extraordinària, y ha asegurado que tiene el apoyo de más grupos de la cámara para convocarla, porque consideran que Vivet ha sido "injustamente condenado por defender los derechos del pueblo catalán", y ha pedido al resto de grupos que se sumen a la petición.
Atentado contra un agente
En su sentencia, la sección 21 de la Audiencia Provincial considera a Vivet culpable de un delito de desórdenes públicos —por el cual lo condenan a dos años de prisión— sumado a otro de atentado contra un agente de la autoridad —con una condena de tres años y un día— y uno tercero leve de lesiones por haber "roto" con su actuación "las costuras de los derechos fundamentales de reunión y manifestación".
Los hechos se remontan al 29 de septiembre de 2018, cuando el procesado —que formaba parte de Guanyem Badalona en Comú, la lista de la candidata de la CUP el 14-F, Dolors Sabater— acudió a una contramanifestación convocada por varias organizaciones independentistas en protesta por una concentración de Jusapol que se celebraba paralelamente y con la que pretendían imitar la fiesta india holi, en la que se lanzan polvos de colores.
Multa de 600 euros
Con todo, la sala ha dado por probado que Vivet, a quien le impone el pago de una multa de 600 euros, acudió a la primera línea de la contramanifestación ondeando una bandera de la Forja —una organización vinculada a la CUP a la cual pertenece —, "sujeta con un palo de unos dos metros de largo y unos centímetros de grosor".
En un momento dado, los integrantes del grupo con el cual se encontraba empezaron a lanzar polvos de colores y pintura acrílica a los agentes que integraban del cordón policial "con la finalidad de dificultar su visión".
Indemnización al policía
Con el objetivo de "menoscabar su integridad física", también les tiraron "botes, botellas y otros objetos contundentes aunque se les advertía por megafonía que dejaran su actitud".
En aquel momento, continúa la sentencia, Vivet se valió de "la cobertura y sensación de impunidad que le ofrecía el resto del grupo" para golpear con el palo de la bandera en el brazo a un agente, a quien tendrá que indemnizar con 1.512 euros.
Según la Audiencia, "la actuación del señor Vivet y buena parte de las personas que lo acompañaron rompió las costuras de los derechos fundamentales de reunión y manifestación, que de ninguna manera amparan la comisión de hechos como los descritos en el relato fáctico".
"Violencia verbal y material"
La sala da también por válidas las declaraciones de los policías que atestiguaron en el juicio, que se celebró el febrero pasado, según los cuales la manifestación en la cual participó el condenado "estuvo marcada por la violencia verbal y material" con "insultos y amenazas", a diferencia de lo alegado por el procesado que, remarcan los magistrados, "no se compadece ni de lejos con la situación real de que se infiere de la prueba practicada".
Vivet adujo que la manifestación de Jusapol "defendía y justificaba la violencia policial" del 1-O "en un ambiente oscuro de violencia, fanatismo y absoluta crispación que contrastaba con lo que se respiraba en la contramanifestación en la que participó, presidida por un talante absolutamente pacífico, donde los colores, los bailes y cantos eran los protagonistas".
En cambio, para la Audiencia, "la proyección de pintura acrílica y pólvoras de colores no fue casual, sino más propia de las técnicas de guerrilla urbana" en caso de que consigue la "triple finalidad" dificultar la visión de los agentes, entorpecer su respiración y que queden con el rostro descubierto una vez se sacan la visera, tal como afirmaron los Mossos d'Esquadra.
La Generalitat mantuvo los cargos
El caso de Vivet levantó polémica porque la Generalitat decidió mantener sus cargos aunque en noviembre el entonces conseller de Interior, Miquel Sàmper, había anunciado que ultimaba un acuerdo para que la administración catalana dejara de ejercer la acusación por delitos de atentado contra la autoridad contra los detenidos en manifestaciones violentas, un compromiso que todavía no se ha concretado.
De hecho, la decisión del ejecutivo de forzar la suspensión del juicio, inicialmente marcado para el pasado diciembre y aplazado hasta después de las elecciones catalanas del 14-F, generó controversia, ya que la defensa lo interpretó como una "maniobra" para no "comprometer" el Govern de JxCat y ERC de cara a los comicios, que han llevado a un nuevo gobierno independentista, esta vez liderado por los republicanos.