La ley de cambio climático y transición energética ha superado hoy su último trámite en el Congreso de los Diputados. La norma impulsada por el Gobierno de coalición fija toda una serie de hitos hasta alcanzar la neutralidad de emisiones el año 2050. Sólo la extrema derecha de Vox ha votado en contra. El resto, desde de Unidas Podemos y el PSOE hasta Junts o ERC, han votado a favor. El PP y la CUP, aunque por motivos totalmente contrapuestos, han optado por la abstención. El presidente Pedro Sánchez ha hablado de una "revolución" que creará "miles y miles" de puestos de trabajo en los próximos años.
¿Qué objetivos establece la ley aprobada por el Congreso? Que en el 2030 ya se tiene que producir una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 23% respecto del año 1990. En paralelo, aquel año, las energías renovables tendrán que representar como mínimo el 42% del consumo eléctrico y el 74% de la producción. Por otra parte, la norma estipula que en el 2050 el parque de automóviles tendrá que ser libre de emisiones directas de CO2. No prohíbe que se vendan vehículos contaminantes, pero en 2040 los nuevos coches tendrán que tener de CO2 por kilómetro.
La ley de cambio climático también fija un objetivo mucho más inmediato: en 2023, los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares deberán tener introducidas zonas de bajas emisiones en sus planificaciones urbanas y tendrán que favorecer los desplazamiento a pie, en bicicleta o a través de vehículos eléctricos.
Después del debate en el Congreso, la vicepresidenta de Transición Ecológica se ha felicitado por la luz verde a una "ley imprescindible que se ha aplazado demasiado tiempo". En este sentido, como también ha hecho el presidente Pedro Sánchez, Teresa Ribera ha asegurado que "estamos ante una gran oportunidad de transformar la generación de empleo, la prosperidad, el progreso" y ha defendido que "no queremos dejar un modo de crecimiento insostenible abocado al desastre y al colapso".
Vox en contra, la CUP se abstiene
Tampoco se les esperaba mucha sensibilidad ecológica, pero la extrema derecha de Vox ha sido el único grupo que ha votado en contra la norma. La diputada Mireia Borrás ha hecho un cóctel hablandi de una ley "sectaria", de "agenda ideológica", de "miseria" y de "miles de españoles sin trabajo", sin datos que lo sostuvieran. El PP ha justificado su abstención argumentando que es "un proyecto pequeño, limitado y que llega tarde". En términos similares a los de Abascal, el diputado popular Guillermo Mariscal ha denunciado que Sánchez "quiere ideologizar la batalla del clima" y que provocará "el cierre de empresas" y "el hundimiento de la economía española".
La CUP se ha abstenido también, pero nada que ver con la derecha española. Lo ha hecho para "expresar una crítica a una ley que ya es obsoleta". El diputado Albert Botran la ha encontrado muy poco ambiciosa, con unos objetivos de emisiones "muy por debajo" de los que ha aprobado la administración norteamericana de Joe Biden y de la misma "realidad".