Vía libre a la ley de amnistía. El Congreso de los Diputados ha dado luz verde al dictamen nacido del acuerdo entre el PSOE, Junts y ERC que rubricaba el texto y enmarcaba el terrorismo en una directiva europea, y la traición, en una resolución de la Asamblea General de la ONU. El pleno de la Cámara Baja lo ha aprobado por 178 votos a favor y 172 en contra. Como era previsible, lo han apoyado el PSOE, Sumar, ERC, Junts, el PNV, Bildu, Podemos, el BNG y José Luis Ábalos (que ha vuelto al Congreso después de romper con Ferraz) y se han opuesto el PP, Vox, Coalición Canaria y UPN. Ahora la ley viajará al Senado, donde se tendrá que tramitar durante dos meses a raíz de las maniobras del PP para paralizarla. A finales de mayo, la amnistía volverá al Congreso, donde se revertirán todos los cambios que introduzca la Cámara Alta y se le pondrá el sello definitivo. Entonces, se publicará en el Boletín Oficial del Estado, entrará en vigor y los jueces tendrán un plazo de dos meses para aplicarla.

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El debate de este jueves tenía poco misterio. Y es que las incógnitas se resolvieron la semana pasada: las transaccionales pactadas entre socialistas e independentistas refinaban el redactado en lo referente al terrorismo, la traición y la malversación y resolvían las reticencias que había expresado Junts en enero. En aquel momento, en la última votación que hubo al pleno, los juntaires congelaron la amnistía argumentando que aquel redactado tenía “agujeros por los que la justicia prevaricadora española” podía dejarla “en papel mojado”. La votación de este jueves llega al día siguiente de la convocatoria de elecciones catalanas para el 12 de mayo y tiene consecuencias en los comicios: de esta norma depende el futuro de Carles Puigdemont, que ya ha planteado la posibilidad de convertirse en el candidato de Junts per Catalunya. Se prevé que los jueces, que tienen dos meses de margen desde que la amnistía entre en vigor, tendrán que empezar a aplicarla a finales de mayo, lo que ajusta mucho los plazos para que Puigdemont pueda presentarse a un hipotético debate de investidura. Y es que las fechas previstas para investir a un president de la Generalitat coinciden, justamente, con las semanas en las que los magistrados españoles tendrán que archivar la persecución judicial contra el independentismo.

Junts y ERC reivindican que, después de la amnistía, el próximo paso debe ser el referéndum

Durante el debate en el Congreso, los dos partidos independentistas han dejado claro que, con la ley de amnistía, no acaba nada. Al contrario: la ley que repara la persecución judicial contra el independentismo es un impulso para abordar el conflicto político en igualdad de condiciones. Desde Junts per Catalunya, Josep Maria Cervera ha enviado un mensaje al ministro Félix Bolaños y a “todos los que quieren pasar página”. El diputado juntaire ha argumentado que “la única página que se pasa es la de la represión y la de la injusticia”, dado que la amnistía “solo devuelve a la política lo que es de la política” y “abre una ventana de oportunidad para negociar de tú a tú el futuro de Catalunya”.

Por parte de Esquerra Republicana, Pilar Vallugera ha señalado que la ley de amnistía “no es suficiente” y ha reiterado que la solución del conflicto político entre Catalunya y España pasa por la celebración de un referéndum de autodeterminación. La diputada republicana también ha subrayado que la ley “se ha hecho para los que estuvieron en el aeropuerto, no solo para los líderes de los partidos”.

Diputados de Junts y ERC celebran la aprobación de la amnistía en el patio del Congreso de los Diputados / Foto: EFE

PP y PSOE se enfrentan por los objetivos y el espíritu de la amnistía

Durante su turno, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado la amnistía de “sumisión” y ha reprochado al PSOE que no diga las cosas por su nombre: “No nos vengan con convivencia porque están aplastando los derechos de las mayorías, no nos vengan con justicia porque quieren esquivarla y no nos vengan con democracia porque están liquidando la separación de poderes”, ha proclamado desde la tribuna. Asimismo, ha avisado a Pedro Sánchez de que las elecciones catalanas “marcarán el inicio del final” de su gobierno, ya que cuando Sánchez “deje de ser útil” a los partidos independentistas “le dejarán caer”.

 

 

En cambio, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha reivindicado que los socialistas se han “arremangado” para gestionar el “fracaso” del PP, que mostró una “ausencia de política” ante el proceso independentista y “se parapetó detrás de los tribunales y el Código Penal” para encarar el conflicto político: “Teníamos la obligación de arreglar lo que ustedes estropearon”, ha aseverado. Ahora, la ley de amnistía se convierte en una política “valiente” y “muy atacada” por la oposición, aunque López está convencido de que el PP la aceptará dentro de unos años: “A España, lejos de romperla, la estamos uniendo y vertebrando con nuestras políticas”, ha rubricado.

El camino a partir de ahora: la ley de amnistía podría llegar al BOE a finales de mayo

Después de que el Congreso haya dado luz verde a la amnistía, la proposición de ley continúa su recorrido en el Senado. El PP, con mayoría absoluta en la Cámara Alta, la retendrá durante dos meses después de una reforma del reglamento de dudosa constitucionalidad. Los populares pueden vetar la ley o vaciar de contenido todos los artículos, pero el Congreso siempre tendrá la última palabra. Ahora bien, la Cámara Baja ya no podrá retocar el redactado. La previsión es que el martes que viene, 19 de marzo, la Mesa del Senado califique la iniciativa y empiece a contar el reloj. Eso situaría el final de la tramitación en la Cámara Alta a mediados de mayo y permitiría al Congreso ponerle el sello definitivo el 23 o el 30 de mayo. A partir de aquí, la ley de amnistía fija un plazo de dos meses para que los jueces la apliquen.

La amnistía en la Carrera de San Jerónimo: del 13 de noviembre al 14 de marzo

Los orígenes de la amnistía en el Congreso de los Diputados se remontan al 13 de noviembre, cuando el PSOE registró en solitario el primer redactado y después de negociar con ERC y Junts por separado. Tres días más tarde, el Congreso invistió a Pedro Sánchez con los votos de los partidos independentistas. El primer debate de la amnistía en el Congreso se celebró el 12 de diciembre, día en el que la proposición de ley superó su primer examen parlamentario. El 10 de enero, la Cámara Baja rechazó las enmiendas a la totalidad de texto alternativo que presentaron el PP y Vox y que insistían en la judicialización del conflicto político y en la utilización del Código Penal contra el independentismo.

Una semana después, se cerró el plazo para presentar enmiendas al articulado: el PSOE pactó con ERC, el PNV, Bildu y el BNG, Junts presentó en solitario y los republicanos también registraron por separado. Los independentistas apostaban por blindar el Tsunami y los CDR de las acusaciones de terrorismo. El siguiente paso fue el 18 de enero: se incorporaron en el texto las enmiendas técnicas conjuntas, pero siguió quedando en el aire el blindaje del Tsunami y de los CDR. Hizo falta una semana más para que independentistas y socialistas pactaran una enmienda para delimitar qué se considera terrorismo. Sin embargo, las maniobras de los jueces españoles, especialmente de Manuel García-Castellón, ponían en duda la eficacia de este retoque, lo que llevó Junts a votar en contra del dictamen. Ahora, un mes y medio más tarde y después de que PSOE, Junts y ERC encontraran la solución, la amnistía ha vuelto al pleno del Congreso y ha sido finalmente aprobada.