178 votos afirmativos han permitido este martes que la amnistía supere su primer examen parlamentario. La proposición de ley que tiene que reparar la persecución judicial a independentistas ha recibido la luz verde del PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos y BNG; la misma mayoría —a excepción de Coalición Canaria— que permitió la continuidad de Pedro Sánchez en la Moncloa. Ha sido una sesión, sin embargo, marcada no por el grosor de argumentos a favor y en contra de la norma, sino más bien por los aspavientos del PP y Vox contra el PSOE. Han utilizado como armas discursivas figuras como las de Antonio Tejero y el intento de golpe de estado del 23-F y fotografías de guillotinas que decapitan expresidentes como Mariano Rajoy. Mientras que el PSOE se ha defendido con las referencias de Santiago Abascal a Benito Mussolini y la idea de "colgar de los pies" a Pedro Sánchez. Todo, en un debate que ha estado bastante alejado de la crispación, del alto voltaje y los altos decibelios. Junts per Catalunya ha reivindicado el espíritu de 1714, ha avisado al PSOE de que próximamente habrá una negociación "de tú a tú" y Esquerra Republicana ha señalado que la amnistía "salda una deuda" de España con Catalunya. Ha habido una coincidencia entre las dos formaciones independentistas: situar el referéndum como siguiente paso.
El intento de Alberto Núñez Feijóo de situar el debate sobre la amnistía en el mismo saco que el 23-F ha llegado al principio de su intervención. Ha sacudido el espíritu golpista al asegurar que la sesión de este martes ha sido "la más triste y decadente" desde aquel intento fallido de golpe de estado. Ha insistido en que la idea de la amnistía es una "humillación y vergüenza" para España, además de una "imposición de la amnesia colectiva a 48 millones de españoles" porque "deja en papel mojado el discurso del Rey del 3 de octubre", cuando Felipe VI avaló que se zurrara a los votantes del 1-O. También ha anunciado la creación de una comisión de investigación en el Senado sobre los acuerdos entre el PSOE y Junts per Catalunya con el objetivo de "saberlo todo".
Patxi López, encargado de defender la proposición de ley por parte del PSOE, ha acusado al PP de participar en la escalada de violencia verbal impulsada por Vox, y ha recordado que Santiago Abascal avisó de que la ciudadanía española querrá algún día "colgar de los pies" a Pedro Sánchez de la misma manera que se hizo con el dictador fascista italiano Benito Mussolini. Sea como sea, los argumentos constructivos de los socialistas en torno a esta ley han sido que la amnistía de 1977 es la demostración de que la del 2023 es constitucional; y también que la amnistía es una medida para "la esperanza" y para "la ilusión".
Abascal, por su parte, ha contraatacado la decisión del PSOE de denunciarlo ante la Fiscalía con una imagen difundida hace unos años por las Juventudes Socialistas de Alicante, donde aparece la cabeza guillotinada de Mariano Rajoy. Así, ha mantenido las amenazas contra el presidente del Gobierno, y ha deseado a Sánchez "un juicio justo". "Nosotros no les concederemos ningún indulto", ha asegurado el líder del partido de extrema derecha.
ERC y Junts fijan el referéndum como próximo objetivo
Durante sus intervenciones, Esquerra Republicana y Junts per Catalunya han coincidido en reivindicar la trascendencia de la ley de amnistía y también en situar el referéndum como siguiente paso en las negociaciones con el PSOE. El juntaire Josep Maria Cervera ha asegurado que "300 años después, se abre una ventana de oportunidad" para Catalunya, y ha asegurado al PSOE que próximamente tocará "negociar de tú a tú" sobre el futuro del país. Por su parte, Gabriel Rufián ha señalado que la ley de amnistía es la antesala del referéndum de autodeterminación: "¿Qué pasará dentro de cuatro años?", se ha preguntado.
Mientras que Gabriel Rufián no ha entrado en el cuerpo a cuerpo con Junts per Catalunya, Cervera sí que ha aprovechado para espetar a Esquerra Republicana que el trabajo que ha hecho la formación de Carles Puigdemont ha sido "de país", y no "un hito más en el camino que algunos iniciaron por su cuenta con los indultos y la reforma penal buscando perdón y aceptando la injusticia de reconocer que el 1 de octubre era delito". Los ataques de Rufián han ido más bien dirigidos a Feijóo, a quien le ha recriminado las "narices" de "hablar de corrupción" formando parte de un partido como el PP. El líder popular ha asegurado que el PSOE comete "corrupción política" cuando promueve una ley de amnistía a independentistas.
El calendario de la amnistía, dos meses protagonistas: enero y abril
La ley de amnistía ya ha pasado su primer examen en el Congreso de los Diputados: la toma en consideración. Y también se ha aprobado que haga su recorrido por la cámara baja por la vía de urgencia. Ahora todos los grupos tendrán una semana para presentar enmiendas; así que —probablemente— el mismo hemiciclo tendrá que tumbar las enmiendas a la totalidad que presenten PP y Vox. Y más adelante, una vez rechazadas, votar las enmiendas que añaden pinceladas al texto propuesto por el PSOE. Estos pequeños retoques habrán pasado previamente por ponencia y por comisión.
Es allí donde habrá que ver qué hacen Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, si las dos formaciones independentistas presentan propuestas que modifiquen de forma importante la ley de amnistía. Y también si los socialistas aceptan modificaciones de la ley que amplíen el perímetro de una norma que tiene como objetivo reparar la persecución judicial a independentistas; o si, como afirmaban la semana pasada fuentes de la cúpula del Gobierno, solo aceptarán retoques técnicos de la norma.
Fuentes del entorno de Francina Armengol apuntan que todas estas votaciones sobre las enmiendas no llegarían hasta, aproximadamente, mediados del mes de enero. Es decir, desde la capitanía de la Mesa ya dan por hecho que el Congreso habilitará el primer mes del calendario, que acostumbra a ser inhábil. Si la norma recibe el visto bueno de la cámara baja, esta viajará a la cámara alta. El PP ya ha modificado el reglamento del Senado con el fin de hacer un verdadero ejercicio de filibusterismo parlamentario: tener congelada la ley durante dos meses, y no reenviarla hacia el Congreso hasta al cabo de muchas semanas.
Es entonces cuando la cámara baja votará la que, se calcula, será la versión definitiva de la ley de amnistía. Sería una sorpresa que la norma no volviera a salir con el voto afirmativo de 178 diputados: los mismos que invistieron a Pedro Sánchez excepto Coalición Canaria (PSOE, Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV, Podemos y BNG). Las mismas fuentes consultadas apuntan que todo eso podría llegar, aproximadamente, en el mes de abril.