Plataforma per la Llengua denuncia un nuevo caso de catalanofobia por parte de una famosa marca de coches. En concreto, la entidad denuncia que Toyota se ha negado a atender a un cliente en catalán y "vulnera abiertamente los derechos de los consumidores". En una publicación en su cuenta de X, Plataforma per la Llengua muestra un mensaje de la cadena automovilística donde agradece "la confianza del cliente", pero le indica que se trata de una "compañía de ámbito multinacional donde los idiomas oficiales son el castellano y el inglés".
Los derechos de los consumidores
Desde la entidad recuerdan que, según el Código de Consumo de Catalunya, los consumidores tienen derecho a ser atendidos en catalán: "Las personas consumidoras, en sus relaciones de consumo, tienen derecho [...] a ser atendidas oralmente y por escrito en la lengua oficial que escojan". Además, también denuncian que negándose a atender en catalán se incumple la ley de Política Lingüística, que indica que "las empresas y los establecimientos [...] que desarrollan su actividad en Catalunya tienen que estar en condiciones de poder atender los consumidores y consumidoras cuando se expresen en cualquiera de las lenguas oficiales en Catalunya".
Catalanofobia en Valencia
Esta semana, Plataforma per la Llengua también ha denunciado otro caso de vulneración de los derechos lingüísticos a Valencia. En concreto, los hechos se produjeron el pasado 8 de julio en una piscina municipal de Benicalap cuando una familia fue expulsada del recinto para hablar en catalán. Plataforma per la Llengua interpondrá una reclamación en el Ayuntamiento de Valencia porque la familia "sufrió la agresión lingüística cuando intentaba lavar las fiambreras".
Después de una discusión con el responsable de limpieza, el agente de seguridad intervino y pidió al padre de la familia que se dirigiera en catalán porque no lo entendía, el hombre se negó a cambiar de lengua y le pidió que buscara a otro compañero que si entendiera al valenciano, porque él no iba a cambiar la lengua: "Le contesté que no hablaría en castellano, igual que no le pedí que me hablara en valenciano", según explica el comunicado de Plataforma per la Llengua.
El ayuntamiento ha negado esta versión y defensa que el conflicto y posterior expulsión de la familia de la piscina para lavar las fiambreras de la comida en la piscina donde se bañaba la gente" y no por "hablar valenciano".