El Consejo de la República ha respondido este miércoles a la información publicada por algunos medios donde se afirmaba que la entidad enfrentaba tensiones internas por la presunta opacidad de las cuentas y la mala gestión de su vicepresidente, Toni Comín. En un comunicado, el Consell ha desmentido estas informaciones y ha defendido la tarea de Comín. "Las cuentas del Consell de la República se presentan anualmente a las autoridades competentes, siendo validadas a cada ejercicio, sin incidencias y de acuerdo con la legislación de Bélgica. Siendo la consecuencia de la validación mencionada, por una parte, el Gobierno quiere certificar la plena confianza en la gestión financiera llevada a cabo hasta el día de hoy", han detallado en el comunicado.

Además, la organización ha reafirmado su confianza en el papel de Toni Comín como de interlocutor entre el Consell de la República y CatGlobal, entidad que da cobertura en Bélgica al Consell. "El gobierno del Consell mantiene y se reafirma en que la función de interlocutor entre el Consell de la República y CatGlobal, tiene que seguir recayendo en la figura del vicepresidente Toni Comín", ha subrayado la entidad.

Finalmente, el comunicado concluye informando de que se llevará a cabo una "auditoría encargada a un tercer externo con el objetivo de constatar la diligencia en la gestión financiera del Consell de la República". De esta manera, el Consell reivindica su transparencia y cierra filas en torno a Comín.

Acusaciones contra Comín

Dentro del Consell de la República ha habido críticas a la tarea de Comín, en concreto, los denunciantes reprochaban que era el vicepresidente de la entidad quien sería el encargado de decir "cuál es el destino" de las donaciones que recibe la entidad por parte de la ciudadanía y que, "sobrepasando sus prerrogativas, también ha dirigido la gestión ordinaria de CatGlobal". Además, el pasado septiembre una treintena de miembros de la Asamblea de Representantes de la organización criticaron a través de un escrito la actitud de Comín. Entre las críticas de estos 30 representantes había una por la procedencia de Comín, de quien reprochaban que tenía una "trayectoria política muy fluctuante (dentro de algunos partidos hoy españolistas)". Y es que Comín formó parte, primero, del PSC, y después, del PSC, antes de recaer en Junts per Catalunya, del cual es eurodiputado. "Cada día que pasa con él en una posición clave, tememos que el proyecto del Consejo pueda estar marcado por la desconfianza, el despotismo e, incluso, por la obsolescencia", recogían los críticos en un comunicado.