El PP de Catalunya en los últimos años había reclamado en diversas ocasiones al gobierno central que celebrara algún Consejo de Ministros en Barcelona, argumentando que era necesario incrementar la presencia del Estado en Catalunya. No lo consiguieron, a pesar de las reiteradas peticiones de Albiol, porque parece que Mariano Rajoy no confiaba en ser bien recibido a Catalunya en los momentos previos al referéndum del 1-=. Pero los Consejos de Ministros en Catalunya tienen una larga tradición: fueron usados por la dictadura franquista para ganar apoyos para el régimen: Franco venía al territorio y era aclamado, y posteriormente anunciaba nuevas inversiones para Catalunya.
En el último Consejo de Ministros de Franco el anuncio estrella fue el de la celebración de una "Exposición Universal" para 1982. No tendría lugar
Ni habituales, ni excepcionales
Los Consejos de Ministros, en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, no eran muy corrientes, pero tampoco del todo excepcionales. Se habían celebrado en mayo de 1947, en agosto de 1950, en octubre de 1955, en octubre de 1957, en julio de 1962, en enero de 1963, en julio de 1966... El 26 de junio de 1970 Franco presidió su último Consejo de Ministros en el Palacio de Pedralbes. Era uno más de los actos de imposición de las instituciones del Estado a Catalunya; antes de ir a Pedralbes pasó por la catedral, y fue aclamado al salir del templo. Los Consejos de Ministros en la capital catalana solían aprovecharse para anunciar inversiones en el territorio ("dar inyecciones al crecimiento de Barcelona y Catalunya", decía el ministro de turno en esa ocasión) y se publicitaban como consejos donde se tomaban "decisiones históricas" para los catalanes. En el último Consejo de Ministros de Franco el anuncio estrella fue el de la celebración de una "Exposición Universal" en Barcelona en 1982. No tendría lugar; en cambio, se organizaría el Mundial de Fútbol).
Más promesas que hechos
En realidad, las visitas de Franco y los anuncios espectaculares de sus Consejos de Ministros barceloneses se caracterizaban por un largo historial de incumplimientos. Interesaba más la foto que el respeto a las promesas. Así, el 7 de mayo de 1960 se prometió el retorno del castillo de Montjuïc al consistorio dirigido por Porcioles. Incluso Franco se hizo la foto de rigor en la fortaleza. Pero hasta el 2008 la ciudad no recuperó el pleno control de estas dependencias.
El último consejo, que prefiguraba la Autonomía
El último de los Consejos de Ministros predemocráticos se celebró el 20 de febrero de 1976, fue presidido por rey Juan Carlos de España y tuvo lugar en el Palacete Albéniz. Eran unos momentos de mucha tensión en la ciudad, con huelgas y reivindicaciones por todas partes (eran especialmente duras las manifestaciones en favor de la amnistía, algunas de ellas prohibidas y violentamente reprimidas). Juan Carlos, en aquella ocasión, se mostró conciliador y prometió apertura. Anunció una comisión para "estudiar un régimen especial para las provincias catalanas"; no se habló en esta ocasión de autonomía, sino sólo de "desconcentración de competencias" y de un "régimen administrativo especial para las provincias de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona". De hecho, en aquel Consejo se transfirieron competencias del Ministerio a sus delegaciones barcelonesas. Y paralelamente se aprobó que se pudieran inscribir los nombres en el Registro Civil en todas las lenguas del Estado. Eran síntomas de la agonía de un régimen. La España de los Consejos de Ministros en Barcelona parecía haberse acabado para siempre. Ahora, parece revivir.