Diplomáticos del consulado de EE.UU. en Barcelona han ido de calçotada, siguiendo la tradición gastronómica catalana de estos días, y la escena ha rozado el surrealismo. Con tono irónico, y también simpático, el consulado lo ha resumido en un vídeo. Y ha advertido: "Ir de calçotada puede ser una misión complicada para los diplomáticos de Estados Unidos si nadie les ha explicado antes en qué consiste...".
Ir de calçotada puede ser una misión complicada para los diplomáticos de los Estados Unidos si nadie les ha explicado antes en qué consiste... pic.twitter.com/bBoVh5WQ82
— U.S. Consulate General Barcelona (@USConsulateBCN) March 10, 2023
En el vídeo aparecen los diplomáticos despistados sin saber exactamente cómo funciona la calçotada, muy alejada de la cultura gastronómica de EE.UU. La responsable del restaurante se escandaliza por cómo lo están haciendo y les explica cómo se comen los calçots. Y finalmente, aparecen disfrutando de la comida.
Como tantas cosas, el descubrimiento del calçot fue fruto de la casualidad, y el autor, a finales del siglo XIX, fue un ciudadano de Valls (Alt Camp) de nombre Benaiges, conocido como el "Xat de Benaiges", que empezó a comer a la brasa los brotes tiernos de cebollas viejas, y que también se inventó la salsa que ha evolucionado hasta la actual. El cultivo de los calçots es largo y laborioso. Empieza a finales de año, cuando se siembra la semilla de la cebolla blanca. Cuando esta cebolla ha germinado y ha crecido, se arranca y se vuelve a plantar en otra tierra apropiada, en la que va creciendo. Hay que esperar a que saque la cabeza como una cebolla normal, entonces se arranca de nuevo, hacia el verano, se guarda unas semanas y luego se corta el trozo superior y se vuelve a plantar; debe quedar medio enterrada, mostrando la blancura de la planta en el exterior.
El calçot, como las otras cebollas, tiene una gran cantidad de hierro, calcio, fósforo y magnesio, así como una importante cantidad de vitaminas B, C y E. Puede decirse de los calçots que son muy buenos para regular el organismo. Tiene una gran acción depurativa, y la presencia de flavonoides hace que tenga propiedades antioxidantes.
Sobre la salsa existe controversia, como en el caso del xató o del romesco, si bien está más o menos admitido que todas derivan de este último. Como cada pueblo, cada restaurante y cada casa tienen su receta, daremos la que figura a la web de la Cambra de Comerç de Valls, que es quien organiza cada año la calçotada que reúne en la ciudad a miles y miles de visitantes ávidos de devorar calçots. Los ingredientes básicos son: 100 gramos de almendras tostadas, 30 gramos de avellanas tostadas, 4 o 5 tomates rojos asados, 1 cabeza de ajos asados, 80 cl de aceite de oliva, 1/2 vasito de vinagre, 1 pimiento seco o pimentón dulce, perejil y sal. Se pica todo en el mortero y se añade el aceite, o se tritura todo con la batidora hasta conseguir una salsa muy fina.