Hacía años que España tenía un expediente abierto en Europa por la mala calidad del aire. Hasta hoy había ido trampeando las denuncias a base de ir aportando información sobre mejoras de los índice de contaminación. Ahora, sin embargo, parece que Bruselas ha dicho basta y llevará al Estado al Tribunal de Justicia de Luxemburgo por los elevados niveles en Barcelona, el Prat y Madrid. La Generalitat asegura que hace los deberes y apunta al nuevo gobierno municipal de Madrid como el responsable de haber levantado la alarma.
Cuando los populares llegaron al poder del ayuntamiento de Madrid anunciaron a bombo y platillo que pretendían desmontar la medida estrella de la exalcaldesa Manuela Carmena para restringir el tráfico en la capital española, Madrid Central. Según el conseller de Territori, Damià Calvet, "no hay duda de que este anuncio comportó alarma en Europa porque se detectó la voluntad de revertir medidas" encaminadas a reducir la contaminación y "ha comportado un replanteamiento por parte de la Comisión Europea" que, de rebote, ha acabado implicando a Catalunya.
Desde el gobierno catalán aseguran que a lo largo de los últimos años se han estado haciendo los deberes y aportan datos para demostrarlo. De la treintena de estaciones de control ubicadas en torno al Área Metropolitana y los municipios colindantes, el año 2010 había 17 que superaban el límite que establece Europa, de 40 microgramos de dióxido de nitrógeno por metro cúbico. Esta cifra se ha reducido de 17 a 2. El departamento de Calvet afirma que sólo dos estaciones están ahora mismo "ligeramente por encima de la media, a 54 y 46 respectivamente". Son las que se encuentran en pleno centro de la ciudad, en el Eixample y Gracia. En el caso de El Prat del LLobregat, la Generalitat puntualiza que según la estación de control, no se superan los límites.
Resumiendo, el argumento del ejecutivo catalán es que a pesar de tener un expediente abierto, habían conseguido controlar la situación e ir convenciendo a Bruselas de que estaban haciendo trabajo y avanzando en la reducción de la contaminación, pero que la irresponsabilidad del nuevo alcalde de Madrid ha encendido la alarma, arrastrando también a Barcelona.
Peaje de congestión
Preguntado por la posibilidad de incorporar otras medidas restrictivas como un peaje de congestión en Barcelona, que hace unos días apuntaba como una opción a la propia alcaldesa Colau, Calvet ha asegurado que "no es uno mala medida". Eso sí, ha explicado que antes hay que ver qué efecto tienen otras medidas en marca como la zona de bajas emisiones y las mejoras en el transporte público.