Corinna Larsen devolvió en poco más de un año los dos préstamos que le transfirió el rey Juan Carlos I en 2009 por un total de 1,56 millones de euros para la compra de un dúplex en la estación invernal suiza de Villars.

Lo hizo abonando un interés del 4%, tal y como había quedado establecido en los contratos suscritos en Panamá, y en la primera de las dos devoluciones se incluyó una rebaja final de casi 20.000 euros, según la documentación a la que ha tenido acceso Vozpópuli.

Cómo se hizo la devolución

Las dos partes habían creado sociedades offshore en el país centroamericano para la transferencia de dichos préstamos. Del lado del rey Juan Carlos, su abogado Dante Canonica abrió Calden Overseas INC. Mientras, la empresaria germano-danesa registró Siam Partners SA con la ayuda de su también representante suizo, Maurice Turrettini. 

Para el primer préstamo, Canonica cuantificó que desde el 29 de mayo de 2009 al 15 de diciembre de 2010 el interés debía quedar fijado en 116.506,85 francos suizos a favor de don Juan Carlos (unos 85.500 euros al cambio de aquella época). Y para el segundo pago, la estimación desde el 16 de octubre de 2009 al 15 de diciembre del año siguiente fue de 14.877 euros por el mismo motivo.

Por lo tanto, la suma de ambos intereses superaba los 100.000 euros para un préstamo de 1,56 millones que Corinna había recibido un año antes del jefe del Estado. Así, la empresaria tenía que transferir el 15 de diciembre de 2010 un total de 1.991.506,80 francos suizos (unos 1,46 millones de euros) por la devolución del primer préstamo y 338.877 euros por la misma operación del segundo.

El desfase de 25.200 francos suizos (al cambio de entonces, unos 18.500 euros) bien pudo quedarse en la cuenta de Canonica en USB, en concepto de honorarios por esta operación financiera, o bien ser fruto de una negociación in extremis en la que salió ganando Corinna ya que al final tuvo que abonar menos dinero del previsto inicialmente.

Los dos pagos se efectuaron el 21 de diciembre de 2010, seis días después de lo que el abogado del rey emérito había escrito en la carta a Turrettini.