El vicepresidente del govern, Pere Aragonès, ha avanzado algunas de las medidas más inmediatas para afrontar la crisis económica del coronavirus. En esta línea, el departamento de Trabajo "estudia que los trabajadores sin capacidad de ahorro y que tardarán en cobrar las prestaciones, reciban una inyección de urgencia de 200 euros", en declaraciones en Catalunya Ràdio.
En este ámbito incluye a los trabajadores que todavía no han cobrado el ERTO, las personas en paro o los autónomos que han tenido una reducción drástica de sus ingresos. Por eso se muestra categórico con la resolución de esta crisis: "Para salir de la crisis será fundamental el protagonismo de la iniciativa pública, no tiene ningún sentido la palabra recortada asociada al momento en qué vivimos, todo al contrario".
Sobre el papel que tiene que tener el estado español, Aragonès lo equipara en otro rango con el de la Unión Europea: "Lo que Sánchez pide en Europa yo le pido a él". Y también exige al presidente socialista que empiece a activar las medidas, después de más de 40 días de confinamiento: "Puedo entender las primeras semanas donde el gobierno del estado tenga que gestionar otras cosas pero ahora empieza a ser el momento de la concreción".
Y por eso ya pone propuestas sobre la mesa. Por una parte, crear un fondo específico financiado con los recursos de Europa o el endeudamiento del Estado y que este haga una transferencia directa a las comunidades, "no un crédito que tengamos que devolver". Para poner algunas cifras, el vicepresidente recuerda que sólo con Salud harán falta 1.800 millones de euros más de los presupuestados.
Una segunda medida que el gobierno catalán también pide es que el BOE recoja la nueva normativa que permita a los ayuntamientos mover el superávit que tienen sin utilizar: "Sería importante ya que estamos hablando de 1.500 millones de euros". Todo para asegurar el sistema asistencial sanitario y proveer de liquidez en "los bolsillos de trabajadores, empresas y familias".
En esta línea, Aragonès celebra que se hayan cerrado unos nuevos presupuestos aunque los compara "con una caja de herramientas" que hay que adaptar a las circunstancias. El coronavirus, hará replantearlos pero se felicita de que ahora el techo de gasto se levante en los 3.000 millones de euros.
Sobre las medidas del desconfinamiento, el vicepresidente reitera que no tiene sentido gestionarlo desde un despacho de Madrid y hay que dejar a las comunidades autónomas actuar. En el terreno económico, Aragonès cree que irá acondicionado a las consecuencias más inmediatas: "La reconstrucción dependerá mucho del grado de destrucción".