Josep Borrell ha avisado desde el principio que no opinaría sobre España "porque le queda lejos" y se pasa "todo el día hablando con medio mundo por vídeconferencia" pero al final, no se ha podido contener.

El alto representante de Asuntos Exteriores y vicepresidente de la Comisión Europea ha olvidado citar en ningún momento el papel de los sanitarios en la crisis del coronavirus y ha reiterado las alabanzas hacia el ejército y todas las fuerzas de seguridad como la Policía Nacional.

En una entrevista en Ràdio 4, Borrell asegura que España es el modelo a seguir: "Todo el mundo ha movilizado a su ejército y el nuestro es de los que lo están haciendo mejor".

"La crisis pone en valor el esfuerzo colectivo, la capacidad de dar una respuesta conjunta y podemos salir más unidos, más fuertes socialmente". Y para citar un ejemplo ilustrativo, el de su municipio natal, la Pobla de Segur: "En la residencia de mi pueblo, menos mal que el ejército fue a desinfectar". Por todo ello, Borrell se quita "el sombrero con lo que está haciendo el ejército".

Enfoca la pandemia como una oportunidad para centralizar la gestión sanitaria. De entrada, el alto representante de Asuntos Exteriores lamenta que la Unión Europea no tenga competencias en este terreno y que dentro de cada estado "son de cada comunidad autónoma". Por eso pide una "plena soberanía" y discrepa de que la batalla política española "no haya bajado su volumen".

Precisamente, ha puesto a modo de ejemplo como crítica al sistema actual la gestión de las residencias, con el president Quim Torra al frente: "Hay problemas enormes de los que es difícil culpar el gobierno central, la paja en el ojo del otro hace más bulto que la viga en el tuyo".

En clave europea, Borrell no cuenta con que hoy haya un acuerdo entre los diferentes miembros, pero pide una respuesta conjunta: "La deuda existe, no es un fantasma, pero la palabra rescate ahora es improcedente. Se trata de saber cómo nos endeudamos y como vamos al mercado de fondo por estados". Por todo ello, pide dejar a un lado "los prejuicios ideológicos" ya que enfrente "se juega la batalla de hasta dónde llega la solidaridad europea".