Como ya hicieron ahora hace dos semanas, los dos diputados de la CUP votarán en contra de la prórroga del estado de alarma. No es porque estén en contra del confinamiento, sino que los anticapitalistas consideran que la prerrogativa "no se está utilizando para proteger a las personas del virus", sino "como un pretexto para recortar derechos, militarizar y recentralizar competencias". JxCat también votará en contra durante el pleno de mañana, a diferencia de hace quince días. Por su parte, ERC se mantendrá en la abstención como en las dos primeras ampliaciones.
En un comunicado, los cuperos denuncian que "mientras se ha ido prorrogando el estado de alarma, la actividad productiva esencial se ha reanudado, exponiendo miles de trabajadores sin medidas de seguridad". En este punto, critican que la gestión del gobierno Sánchez-Iglesias "ha obedecido a intereses económicos de grandes empresas y entidades bancarias". Avisan de que "está en riesgo la supervivencia social y material de los pueblos del Estado".
"Se habla de nueva normalidad para naturalizar una crisis económica, con un crecimiento del paro y de la pobreza, y un control y abuso policial que son evitables y que son fruto de unas decisiones políticas", denuncia la diputada Mireia Vehí, que acusa al ejecutivo central de "generar un marco político recentralizador, que permite prácticas policiales de impunidad, que recorta derechos y que prioriza las necesidades económicas de los mercados".