Dentro de diez días debe empezar la campaña electoral de las elecciones del País Vasco y Galicia, previstas para el 5 de abril. Con el coronavirus en su punto de máxima efervescencia, fuentes gubernamentales consultadas por este diario aseguran que trabajan con la idea de que no haya que anular la convocatoria, pero reconocen que no tienen la certeza absoluta sobre lo que puede acabar sucediendo dentro de tres semanas. Es decir, que se tendrán que ir tomando decisiones en función de cómo evolucione la situación. Los partidos ya han empezado a replantear algunos de sus actos.
Euskadi, concretamente Vitoria, es junto con Madrid la comunidad autónoma más perjudicada, con casi 200 infectados. Los expertos afirman que el pico de la enfermedad llegará el día 3 de abril, justo dos días antes de los comicios. No hace ni 24h que el ministerio de Sanidad y el gobierno vasco han convenido adoptar toda una serie de medidas excepcionales obligatorias por lo menos durante los próximos 15 días. Eso significa que seguirán activas cuando ya haya arrancado la campaña, el próximo 20 de marzo. Quedan prohibidos todos los acontecimientos en espacios cerrados que reúnan a más de 1.000 personas, no habrá clases en Vitoria y Labastida y se recomienda el teletrabajo y turnos escalonados para evitar una alta concentración de personas entrando y saliendo de trabajar a la misma hora. Eso añadido a la recomendación generalizada para todos los españoles de no viajar si no es imprescindible.
Es evidente que con este panorama, difícilmente se pueden celebrar actos electorales con normalidad. Si bien el portavoz del gobierno vasco, Josu Erkoreka, mantiene que "hoy por hoy no está sobre la mesa" aplazar las elecciones porque "sería absolutamente precipitado", ha añadido que deberán "ajustarse a las recomendaciones del Departamento de Salud para todos los actos públicos" para evitar al máximo la transmisión y propagación del virus. Los actos electorales no son distintos de cualquier otro tipología de actos públicos, recuerdan desde la lehendakaritza, que apunta también que tomar una decisión de estas características no correspondería exclusivamente al gobierno vasco. De hecho, este miércoles habrá una reunión de la Junta Electoral del País Vasco durante la cual se estudiará la situación.
Ante la excepcionalidad de un problema de salud pública que va in crescendo, el líder de Bildu, Arnaldo Otegi, ha pedido al gobierno que convoque una mesa de partidos para analizar qué medidas hay que tomar, teniendo presente que "todo apunta que la situación irá a peor". "Es evidente que si los partidos de fútbol y otros acontecimientos ya se están suspendiendo, quizás habría que tomar decisiones", ha subrayado Otegi, que ha insistido en que hay que poner "la responsabilidad por encima de cualquier cosa" y que ahora "no es momento de competir sino de actuar". De hecho, la izquierda aberzale ya ha empezado a replantear los actos que tenía previstos, para evitar riesgos. "Será una campaña como mínimo muy sui géneris", ha sentenciado.
¿Quién irá a las mesas? ¿Y a votar?
En Galicia, donde la eclosión de los contagios es muy menor, con poco más de una veintena, se expresan también con cautela. "En este momento en el mundo nadie tiene la previsión de qué puede pasar de aquí a dos semanas, por lo tanto tenemos que adaptarnos e ir viendo la evolución", afirmaba hace unas horas el consejero de Salud, Jesús Vázquez Almuiña.
La preocupación va más allá de la campaña en sí y se concentra en el día de las elecciones. ¿Cómo se puede obligar un ciudadano a estar en una mesa de un colegio electoral durante 12 horas seguidas en recinto cerrado? ¿Si el gobierno ha pedido a las personas mayores y los colectivos de riesgo que se queden en casa por precaución, se les pedirá que salgan a votar aquel día? ¿Cómo afectará a la contención a la participación? ¿Se prescinde del voto de la tercera edad? A la espera de como evolucionan los próximos días, parece claro que el 5 de abril no se habrá alcanzado todavía un contexto de normalidad absoluta, que son las condiciones con qué óptimamente deberían celebrarse unas elecciones.
Feijóo plantea aplazar las elecciones
Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que no descarta llegar a pedir en el gobierno español y a la Junta Electoral un aplazamiento de las elecciones, previstas para el 5 de abril, si se observa que "puede estar en riesgo la salud pública y el derecho a sufragio de los gallegos".
Ante la proximidad de la campaña electoral, y después de recomendar que no se celebren actas con más de 1.000 participantes para intentar parar el contagio, el presidente gallego ha instado a "analizar los riesgos", a pesar de que la tasa de contagios en Galicia continúa siendo baja.