El Gobierno tiene mala suerte con el material que compra por la pandemia por coronavirus. Ahora intenta recuperar el dinero que pagó por|para 640.000 tests rápidos de antígenos que adquirió a la empresa china Bioeasy que resultó defectuoso. Lo hace, según informa El País, después de que haya comprobado que las pruebas que tenían que sustituir las defectuosas tampoco son del todo fiables para detectar el coronavirus.
La empresa china Bioeasy envió una muestra de los tests que tenían que sustituir los defectuosos, pero al comprobar que no tenían la sensibilidad necesaria, el pedido fue cancelado por el Gobierno. Ahora ha iniciado los trámites administrativos para recuperar el dinero que abonó por las pruebas.
Cancelado el primer pedido
El Ministerio de Sanidad encargó 640.000 tests en Biosesy destinados a profesionales de la salud y residencias. A finales de marzo devolvió a la empresa los 58.000 primeros tests que habían llegado de China para ser poco fiables y cancelar los envíos previstos. La empresa ofreció otro tipo de prueba, que requería una máquina para leer el resultado.
Los tests fueron comprados a través de un distribuidor español a la firma Bioeasy, empresa que no licencia en la China, según la embajada china en España. China abrió una investigación. Ahora, el ejecutivo español intenta recuperar los que pagó por los tests.