Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, estaría en el punto de mira de la investigación penal que lleva a cabo la Guardia Civil sobre la autorización de las marchas que tuvieron lugar el pasado 8 de Marzo en ocasión del Dia Internacional de la Mujer y otras mobilizaciones en aquellas fechas pese a conocerse el riesgo de contagio del coronavirus.
Según avanza El Confidencial, el cuerpo policial ha acreditado que Simón manejaba al menos tres días antes del 8-M datos que evidenciaban la gravedad de la crisis sin tomar medida alguna respecto a las manifestaciones feministas ni tampoco a la celebración de un congreso político de Vox en el Palacio de Vistalegre con 9.000 cargos y afiliados y un partido de fútbol en el Wanda Metropolitano ante 60.000 espectadores.
Las investigaciones están dirigidas por el juzgado de instrucción número 51 de Madrid y también apuntan al delegado del Gobierno en Madrid, el socialista José Manuel Franco, imputado en la causa por un presunto delito de prevaricación por haber permitido las aglomeraciones de esos días previos a la declaración del estado de alarma.
La Guardia Civil atribuye a Simón un papel decisivo en la suspensión de un congreso evangélico que iba a celebrarse en Madrid entre el 19 y el 21 de marzo, que comenzó a decidirse el 5 de marzo, tres días antes del 8-M, cuando responsables de esa congregación cristiana se reunieron con el ministro Salvador Illa y el propio Simón, los cuales recomendaron la suspensión del encuentro religioso a causa de un brote de Covid-19 en una de sus iglesias.
Según el medio citado, Juan Carlos Escobar, pastor evangélico y máximo responsable del congreso, acredita una segunda cita con Simón el 6 de marzo, el cual facilitó datos precisos sobre el avance del SARS-Cov-2 en España y convenció a los líderes evangélicos de que su convocatoria entrañaba una seria amenaza para la salud pública.
La investigación contrasta las prevenciones de Simón ante el congreso evangélico con la actitud permisiva respecto al 8-M y otras aglomeraciones de ese fin de semana, y recuerdan que la OMS emitió una advertencia el 14 de febrero sobre el peligro de los actos multitudinarios y que, el 2 de marzo, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades publicó una circular aún más contundente que desaconsejaba la autorización de aglomeraciones.