El gobierno de Pedro Sánchez acaba de publicar una 'Guía de buenas prácticas en los centros de trabajo' para volver la semana que viene al trabajo. Esta guía, de 13 páginas, informa de cuestiones que todavía hoy forman parte del debate y la incertidumbre de la ciudadanía. Otros aspectos, se detallan de forma más abierta sin especificar.

De entrada, subraya que si el trabajador "se encuentra mal" no tiene que ir al trabajo, tampoco si ha estado en contacto con una persona con la COVID-19 y "no se han respetado las medidas de seguridad". Los trabajadores "de edad vulnerable" no tienen que desplazarse, aunque la guía no informa de qué edades se refiere.

La norma la hace extensiva a las mujeres embarazadas y los que sufren una enfermedad como "hipertensión arterial, cardiovascular, diabetes, pulmonares crónicas, cáncer o inmunodepresión". En estos casos, se exige una acreditación del médico para poder pedir la prestación económica que será "similar a tener una incapacidad laboral".

Con respecto a la movilidad, se prioriza el transporte individual. Y confirma que aquellos que vayan andando, en bicicleta o moto, no es necesario que lleven mascarilla". Una medida que choca con la recomendación de la OMS o el mismo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, que se ha referido a ellas "para aprender de otras sociedades que utilizan estos equipos de protección personal para reducir el riesgo en la medida en que estén, disponibles". A grandes rasgos, la guía tan sólo pide guardar la distancia interpersonal.

En el caso de los taxis o VTC, se continúa con la norma de una sola persona por cada fila de asientos. Y con respecto al transporte público: "En los viajes en autobús, metro o tren guarda la distancia interpersonal con tus compañeros". Y remite la responsabilidad de guardar los metros necesarios "al conductor de los autobuses". En este caso deja como "una recomendación" el uso de la mascarilla higiénica, en ningún caso médica.

Una vez dentro del centro de trabajo, la distancia tiene que ser de dos metros entre los que estén operando. El horario de entrada en el trabajo "tiene que ser escalonado para evitar aglomeraciones, sobre todo en el transporte público". Con respecto a los establecimientos de cara a los clientes, no hay una norma sobre aforo proporcional. Tan sólo pide "evitar una carga" de personas.

Sobre la utilización de los equipos de protección, remite la responsabilidad a "la empresa que tendrá que facilitarlo cuando el riesgo no se pueda evitar o no pueda limitarse de forma suficiente con los medios técnicos" de los que disponía anteriormente. Así pues, este aspecto queda totalmente abierto a los criterios de cada centro.

A grandes rasgos, el uso de la máscara "no es imprescindible" durante la jornada. Otro aspecto, "de carácter general", que se tiene que garantizar dentro del trabajo es tener jabón, soluciones hidroalcohólicas y servilletas de un solo uso. Y se tiene que limpiar con lejía toda la empresa cada día y ventilarla, como mínimo, cinco minutos.

Aunque, a grandes rasgos, matiza que siempre que es pueda es mejor seguir con el teletrabajo, la guía también da unos consejos prácticos a los trabajadores. Por ejemplo, todos los pañuelos se tienen que tirar inmediatamente en una papelera, "preferiblemente con tapa". Evitar utilizar aparatos, como ordenadores, compartidos con otros compañeros y si no se puede evitar, "se tiene que desinfectar con gel previamente". Para acabar, recuerda que es importante lavarse las manos "con frecuencia".